“Sigue habiendo esclavos, son las víctimas de trata”


La fiscal delegada de extranjería y de alcahuetería de seres humanos de la Audiencia Provincial de Ourense, Pilar Manso, recogerá esta semana en Madrid la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco. De esta forma, la Dirección Normal de la Policía reconoce sus más de 20 primaveras de trayectoria. Su nombre brilla con luz propia en los juzgados ourensanos, donde tiene el respeto de sus compañeros, quienes destacan la gran labranza que ha llevado a sitio, la profesionalidad con la que realiza su trabajo y la pasión con la que lo desempeña. 

¿Qué significa para usted este registro?

La alegría de que te reconozcan un trabajo y de que se visualice que te esfuerzas y lo haces adecuadamente, al igual que todos mis compañeros. 

¿Qué vaivén hace de su trayectoria profesional?

Siempre he procurado hacer mi trabajo lo mejor posible y he contado con los grupos de trabajo en los que se zócalo mi labranza. Es sostener, cuando llevas una causa pues los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que hacen los atestados o los peritos que contribuyen a esa causa. Eso da circunscripción a que puedas realizar tu trabajo, presentar cuando procede el escrito de inculpación y llevarlo a litigio.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Todo. Me gusta la instrucción, ir a litigio… Luego, como soy delegada de Extranjería, pues los asuntos de alcahuetería, aunque requieren una peculiar dedicación, me gusta llevarlos. 

Usted ha llevado muchos temas de alcahuetería, ¿le han provocado muchos momentos duros y noches sin acostarse?

Son asuntos donde las víctimas están en una peculiar vulnerabilidad, entonces, cuando se está llevando a sitio una instrucción de esta clase de delitos, sí que te preocupas especialmente por estas víctimas y porque todos los derechos que nuestra constitución reconoce a las mismas, encaminados a la protección, pues que sean efectivos, que se lleven a sitio y que esa instrucción pueda salir de forma positiva para que se puedan obtener sentencias condenatorias. Esa es mi preocupación y la de todos los que trabajan en esta preparado. 

Pilar Manso, fiscal delegada de extranjería en Ourense.
Pilar Manso, fiscal delegada de extranjería en Ourense.

¿Vale la pena cuando hay una sentencia condenatoria?

Los trabajos siempre compensan cuando tú ves que el objetivo que creías que era el adecuado se alcanza. 

¿Cómo se definiría como fiscal?

Juzgarse a sí mismo siempre es muy difícil. Siempre se dice que somos tres personas: los que los demás ven; los que creemos que somos; y los que verdaderamente somos. No me sabría delimitar, sinceramente. Lo que sí puedo sostener es que nunca pierdo el interés en este trabajo: a pesar del tiempo que llevo, me sigue interesando y mucho y me lo sigo pasando adecuadamente. 

Si volviese a espaldas, ¿sería fiscal de nuevo?

Sin duda, me encanta mi trabajo.

¿De dónde viene su disposición?

Cuando estaba en la carrera tuve un profesor, don Enrique Cura, que era el fiscal antidroga en aquel momento, y yo le veía emocionado cuando daba las clases. Aunque en mi tribu no había ningún jurista, dije: “Me encanta esto”. Adicionalmente, siempre me decanté por la Fiscalía. 

En su dilatada trayectoria ha llevado delitos de diversa índole.

He llevado drogas, homicidios, agresiones sexuales, delitos económicos… La verdad es que los delitos de alcahuetería en ocasiones aglutinan otros delitos porque las víctimas muchas veces son objeto de embestida sexual, de lesiones, los tratantes en muchas ocasiones cometen a su vez delitos financieros en los que intentan un jalbegue de capital. Igualmente en ocasiones son delitos que se producen internamente y fuera de nuestro comarca. Dan circunscripción a que puedas ver muchas cosas, por ejemplo a la hora de instruir incluso tienes que alcanzar informes que pongan de manifiesto no solamente la situación a la que se ha sometido a las víctimas, sino las secuelas que derivan de la alcahuetería. 

En colchoneta a su experiencia, ¿una víctima de alcahuetería se recupera psicológicamente?

La recuperación es posible, pero muy difícil porque las secuelas que deja son similares a las de la tortura. De hecho, cuando se lucha contra la alcahuetería se deje de equipos multidisciplinares, están los jueces instructores, los fiscales, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las ONG… Hay un montón de intervinientes activos que su objetivo primordial, frente a todo y por todo, es esa víctima. 

¿Queda mucho por hacer en este tema?

Creo que en la alcahuetería lo primero que hay que hacer es una concienciación de la sociedad, que sean conscientes de que en el siglo XXI sigue habiendo esclavos y esas son las víctimas de alcahuetería y, cuando se ven determinados anuncios, que nos demos cuenta de que en ocasiones detrás hay personas esclavizadas que son explotadas. 

¿Qué retos le quedan por delante en su trayectoria?

El oposición más importante es seguir haciendo mi trabajo lo mejor que pueda y con ilusión, no perderla porque cuando la tienes procuras hacer adecuadamente tu trabajo, a veces te puedes confundir como es sensato, pero por lo menos no perder las ganas, que no se convierta en poco mecánico.

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