Una exdirectiva de la Faffe vio una sola vez al exalcalde enchufado de Lebrija y preguntó: «¿Quién es ese señor?»


Durante el sensatez que celebra la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla contra el ex director militar de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén y el exalcalde de Lebrija Antonio Torres García (PSOE), por presunta prevaricación y malversación en la contratación «arbitraria» del citado ex primer regidor; una exdirectiva de la entidad ha testificado este miércoles que sólo vio en la oficina «una vez» a Torres García.

Esta testificador ha explicado que trabajó en la Faffe desde 2003 a 2011, unos tres primaveras en la sede de Sevilla como directora del radio de Avance Territorial y otros tantos primaveras como apoderado provincial de la entidad en Huelva.

A preguntas del fiscal Anticorrupción Fernando Soto, esta testificador ha explicado que como directora de radio, ella acudía a los comités de dirección, a los que eran convocados los responsables de cada una de las direcciones de la Faffe.

En ese sentido, en un ámbito en el que según la investigación Fernando Villén habría creado la Dirección de Relaciones Externas adentro de la Faffe para asignar tal radio presuntamente ficticia al exalcalde socialista de Lebrija, esta testificador ha manifestado que no recuerda ocurrir conocido nunca a Torres García en las sesiones de los comités de dirección.

Es más, ha asegurado que ella sólo vio «una vez» al exalcalde de Lebrija en las instalaciones de la Faffe, frente a lo cual, según ha dicho textualmente, preguntó: «¿Quién es ese señor?».

Asimismo a preguntas del fiscal Fernando Soto, esta exdirectiva de la Faffe ha dicho que desconoce qué funciones o tareas habría tenido el puesto de administrador de medios municipales que habría sido encomendado a Torres García adentro de la Faffe.

Declaran el jueves los acusados

El sensatez afrontará previsiblemente una trayecto secreto este jueves, pues para este día está prevista en principio la comparecencia de los dos acusados, el ex director militar técnico de la Faffe Fernando Villén y el exalcalde socialista de Lebrija Antonio Torres García, quienes al principio de la perspectiva solicitaron decidir al finalizar la misma, extremo facultado por el tribunal.

Según el automóvil de transformación de las diligencias en procedimiento abreviado de este caso, luego de que Antonio Torres perdiese la Alcaldía de Lebrija en las elecciones municipales de 2003 tras 24 primaveras en el poder, habría solicitado al entonces director militar técnico de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo su «colocación en la Faffe, a lo que Villén accedió promoviendo en su merced un novedoso cargo directivo, inexistente en ingenuidad, que diera satisfacción a las condiciones de contratación indefinida y salario solicitadas» por el ya exalcalde socialista de Lebrija.

Todo ello, pese a que Torres García «carecía de formación y aptitudes para aceptar funciones correspondientes a dicho nivel profesional« de directivo.

Así, y según el togado instructor, el exalcalde de Lebrija «fue contratado el 1 de julio de 2003 con un pacto de duración temporal, prorrogado y convertido en indefinido con momento de pertenencias 1 de diciembre de 2004, como directivo, con una retribución total de 46.750 euros anuales, encontrándose de ingreso como empleado en la Faffe hasta la terminación de ésta y su integración en mayo de 2011 en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE)«.

Contratación arbitraria

La contratación, según el togado instructor, se produjo, «sin proceso alguno de valoración o contraste de la aptitud o idoneidad del sujeto a contratar«, es aseverar »de forma injusta y arbitraria, prescindiendo de los procedimientos de contratación a los que la Faffe debía ajustarse, sin concurrencia alguna de otros posibles candidatos al puesto, y de forma contraria a los principios generales de publicidad, objetividad, imparcialidad, igualdad de oportunidades, mérito y capacidad que habrían de regir dicho proceso de selección y contratación, de conformidad con la propia legislatura«.

«No existe ninguna documentación que revele un reducido cumplimiento de los requisitos y presupuestos que regulan la selección y contratación de personal, ya sea técnico o directivo, por parte de una fundación pública como la Faffe«, determina el togado instructor.

A ello se suma, según precisaba el togado en el automóvil, que el organigrama chupatintas de la Faffe «no contemplaba puesto directivo alguno al que pudiera alcanzar» el exalcalde investigado, por lo que el otro encausado «morapio a crear uno ‘ex profeso’ que denominó Dirección de Relaciones Externas», un área que «era en ingenuidad inexistente, de modo que carecía de estructura, funciones y contenido efectivo; sin sede física, ni oficinas, ni despachos, ni personal adscrito».

«NI SIQUIERA ACUDÍA A LA SEDE DE LA FUNDACIÓN»

De hecho, el togado avisa de que el exalcalde «ni tan siquiera acudía a la sede de la fundación, ni desempeñaba trabajo alguno (era desconocido por otros trabajadores y directivos), aunque se procuró tarjetas de recepción o presentación», de forma que «la escasa actividad realizada, limitada a puntuales contactos con algún político o autoridad», la llevó a lengua «siempre» desde su domicilio «y con medios propios, ordenador y cuenta de correo electrónico genérica y gratuita».

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