Qué son los misteriosos círculos de hadas naturales que se pueden ver en más de 10 países



El círculos de hadas visto hasta ahora en Namibia y Australia Están presentes en más de 250 ubicaciones en 15 países y tres continentes diferentes. Así lo demuestra un estudio liderado por el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Universidad de Alicante (UA) y publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS).

Investigadores han analizado los factores climáticos, edáficos y ambientales de estos ‘enigmáticos’ Patrones de suelo desnudo en forma de círculo y rodeado de vegetación.conocidos como círculos de hadas para determinar por qué aparecen en diferentes partes de la Tierra.

“Analizar sus efectos sobre el funcionamiento de los ecosistemas y descubrir los factores ambientales que determinan su distribución es fundamental para comprender mejor las causas de la formación de estos patrones de vegetación y su importancia ecológica”, señala el investigador de la UA y autor principal del artículo, Emilio Guirado, según informa ‘Europa Press’.

¿Qué son los círculos de hadas y dónde están?

Los círculos de hadas son una de las formaciones naturales “más impresionantes y misteriosas” que se pueden observar en las zonas áridas del planeta, destacó Guirado. Para determinar dónde están presentes estos patrones de vegetación, ha utilizado la Inteligencia Artificial.

Han descrito 236 lugares en 15 países de tres continentes donde se pueden observar patrones similares a círculos de hadas, fenómenos que sólo se conocían en Namibia y Australia Occidental y que ahora también estarían en el Sahel, Sahara Occidental, Cuerno de África, Madagascar, Sudoeste de Asia o Australia Central.

Los expertos sugieren que estos patrones son en realidad más comunes de lo que se pensaba. Además, como resultado del estudio, han conocido los fenómenos y las condiciones para que aparezcan estos círculos mágicos: determinadas características del suelo y del clima, como un bajo contenido de nitrógeno y una precipitación media inferior a 200 mm/año. También termitas y hormigas, aunque estas últimas sólo a escala regional.

Se han tenido en cuenta otras variables como el albedo o el estado de los acuíferos, añade Jaime Martínez-Valderrama, de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del CSIC.

Ahora bien, esto serviría de base para una nueva investigación. Miguel Berdugo, de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del estudio, destaca que el análisis de los datos extraídos podría servir para futuras investigaciones sobre si estos patrones “Pueden ser indicadores de la degradación de los ecosistemas con la cambio climático“.

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