Córdoba ha asistido este miércoles al partida de la Fundación Rafael de La-Hoz, el alegórico arquitecto que caldo al mundo hace encajado cien primaveras este miércoles (9 de octubre de 1924, en Madrid, aunque se crió en nuestra tierra, a la que estuvo ya siempre íntimamente vinculado). La puesta de espacioso ha sido en la Cámara de Comercio, una de sus obras.
El arquitecto Rafael de La-Hoz Castanys, presidente de la Fundación e hijo de esta destacada figura, ha señalado categórico en el inicio de su intervención: «Más injusto que la asesinato es el olvido».
Éste, en una nota de prensa, ha explicado las razones del partida de esta entidad: «Hace hoy exactamente cien primaveras que nació mi padre. Una conmemoración que, sin duda, merece ser celebrada». El todavía prestigioso arquitecto ha asegurado que «su trayectoria vitalista merece ser recordada, pero, si en algún mañana día, su figura llegara a ser olvidada, por injusto que pueda parecernos, a lo que no debemos renunciar es a la vigencia de su nuncio, el de la modernidad», de la que, ha resaltado, su padre fue introductor en Córdoba.
Por ello, ha defendido, «la Fundación no debe entenderse como el regalo que hoy le hacemos, sino como el nuncio que De La-Hoz nos hace con motivo de su centésimo cumpleaños». Ha puesto el foco, encima, en que la actividad de su padre supuso una «fecundación entrecruzada» con el trabajo de artesanos o artistas de nuestra tierra. Y todavía ha querido repetir que, teniendo oportunidades para marchar fuera, él apostó por quedarse en Córdoba.
Tras esta iniciativa, ha continuado De La-Hoz Castanys, está un triple objetivo: la conservación del nuncio de este gran arquitecto, la formación de las nuevas generaciones y la difusión de su trabajo con una ojeada crítica, de cambio de la existencia. No en vano, esta entidad ha señalado que anunciará su software de actividades con las que tiene la gusto de consolidarse como un aparato de renovación de los títulos sociales existentes, como «en su momento hizo mi padre con la casa moderna», ha incidido De La-Hoz Castanys.
Esta entidad, se explicó, contará con un «patronato general, y se dotará de un director-gerente, el arquitecto Carlos Anaya». Contará igualmente con un consejo asesor del que formarán parte «un alimentado comunidad de prestigiosas personalidades de la civilización, la casa y la universidad».
La presentación del acto en la Cámara de Comercio, se ha recordado desde la Fundación, ha respondido al hecho de que este edificio fue «la primera obra firmada por De La-Hoz, en colaboración con su querido colega y amigo José María García de Paredes, cuyo centenario todavía se cumple estos días».
«Si un mañana día Rafael De La-Hoz llega a ser olvidado, por injusto que pueda parecernos, a lo que no debemos renunciar es a la vigencia de su nuncio, el de la modernidad»
Rafael de La-Hoz Castanys
Hijo de De La-Hoz, arquitecto y presidente de la Fundación
Con motivo de esta conmemoración, desde la Fundación se ha recordado que la Diputación y el Junta de la haber organizarán sendas exposiciones sobre la figura de este agradecido arquitecto. Serán comisariadas por el arquitecto Francisco Daroca, «doble en la figura de De La-Hoz y autor de un ejemplar pormenorizado sobre su obra».
Al acto han acudido el presidente de la Cámara de Comercio, Antonio Díaz; el mayor responsable de la institución provincial, Salvador Fuentes; o el munícipe de Presidencia y Urbanística del Junta de la haber, Miguel Cielo Torrico. La presentación ha contado con una nutrida representación de familiares, amigos y personalidades del mundo de la artes, de la civilización de Córdoba y del mundo de la casa, según se ha destacado desde la Fundación.
De La-Hoz fue una figura que marcó Córdoba durante la segunda medio del siglo XX. Puso a la haber en epicentro de la modernidad española, con una producción de obras como la Cámara de Comercio, la industria de cervezas de El Listo, el Hospital Provincial, bloques de viviendas en Ronda de los Tejares y Ciudad Pensil, chalets residenciales o varias reformas de tiendas que marcaron una época. Sus diseños se materializaron en otras ciudades como Madrid y Sevilla. De La-Hoz logró el Premio Franquista de Obra.