Santi, el hostelero que violaba a su bebé de seis meses y la ‘vendía’ por Instagram


Veinteañeros, empleados de una conocida cadena de restaurantes y padres de un recién nacido. Lo que podría pasar por una joven pareja trabajadora madrileña dedicada a su hogar y al cuidado de su bebé, en realidad escondía demonios capaces de incluso casi ‘subastar’ online al niño para realizar prácticas sexuales conjuntas con ella. La pequeña podrá contarlo, gracias al trabajo del policia nacionalcuyos investigadores de la Unidad Central de Ciberdelincuencia han conseguido poner al padre tras las rejas, imputar a la madre y que un tribunal les retire la patria potestad, al menos temporalmente.

El chico en cuestión se llama Santiago. Tiene solo 25 años y nació en Venezuela, aunque hace tiempo que tiene DNI español. Su novia, de nuestro país, 23 años, también fue detenida, pero ya está libre; Santi, como le conocen en su círculo, dijo en todo momento que el tema de la pederastia era de su exclusiva preocupación. Y no la de ella, a pesar de que la evidencia apunta en ambas direcciones. También se le acusa de violar a su propia hija en varias ocasiones, “sin que la madre lo sepa”.

El acusado era, hasta entonces, un delincuente sexual con antecedentes policiales precisamente por compartir este tipo de material ilegal, vídeos pornográficos con niños menores de 2 años, indican a torrevieja news today fuentes de la investigación. De hecho, en 2021 ya fue detenido, aunque en aquella ocasión el tribunal tampoco lo envió a cumplir pena privativa de libertad.

Pero entre 2021 y mayo de 2022, la situación de esa pareja cambió radicalmente: tuvieron una niña en la primavera del año pasado y fue como poner zorros a cuidar las ovejas.

Al mismo tiempo, los especialistas de Homeland Security Investigations (Investigaciones de Seguridad Nacional, en inglés), de Estados Unidos, que rastrearon las ‘deep webs’ (la Internet profunda, casi inescrutable) por donde se mueven cada año cientos de miles de pederastas y pederastas Ese mismo día detectaron la participación activa de un sujeto que localizaron en Madrid. Se trataba de Santiago. Su función era sobre todo compartir archivos con otros ciberdelincuentes de diferentes países del mundo.

Los americanos avisaron a la Policía española en septiembre del año pasado. Los agentes del Grupo I de la Sección de Protección a la Infancia, de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, peinaron el historial del hotelero hispanovenezolano. Revisaron su expediente policial y su entorno. Luego vivió con su pareja en un piso del barrio de Aluche, en el distrito de Latina.

El bebé, rayado y sucio.

Después de esos primeros tres meses de investigación, los investigadores reunieron pruebas suficientes para obtener una orden judicial y registrar la casa. Allí arrestaron nuevamente a Santiago. Tenía cientos de archivos del mismo tipo. Su chica estaba allí. Y fue entonces cuando vieron que habían tenido un bebé. «La criatura estaba sucia, muy descuidada; Incluso tenía un rasguño en la cara, causado por un gato que andaba por ahí. “El piso estaba lleno de basura e incluso había restos de drogas y marihuana esparcidos por todos lados”.

Los agentes no dejaron pasar la presencia del menor y elaboraron un informe que fue elevado a los servicios sociales de la Comunidad de Madrid. Dos semanas después, el juzgado que entonces llevaba el caso ordenó retirar la tutela de la bebé a sus padres, a quienes también le impuso una orden de alejamiento. No sabían, entonces, que estaban evitando un mal mayor que el que ya le habían hecho sus propios padres.

Porque, tras llevar el móvil de Santiago a comisarías, los peritos comenzaron a visualizar los archivos fotográficos y vídeos que contenía. Entre todos ellos encontraron dos vídeos del bebé de la pareja. «Nos dimos cuenta de que era ella porque reconocimos el sofá y el cochecito de bebé que habíamos visto en la búsqueda anterior; y comparamos su rostro comprobando que era ella”, explican a torrevieja news today fuentes del caso.

Eso fue aberrante. En el operativo Renacere se constató que no sólo había agredido sexualmente a su propia hija, sino que el acusado seguía intercambiando archivos. El 31 de agosto la policía se presentó, con otra orden judicial, en el domicilio de la pareja. Se habían mudado a Pinto. Registraron la casa y encontraron más archivos. Una parte de ellos estaban en la cuenta del canal de mensajería instantánea Telegram que estaba a nombre de la mujer. Por este motivo, ella también fue detenida. Se negaron a testificar; El venezolano solo abrió la boca para exculpar a la mujer: “Ella no tiene nada que ver. Usé su Telegram para guardar más archivos, pero a sus espaldas”, dijo a los agentes. El juez finalmente la dejó en libertad y la operación se prolonga. ahora cerrado.

Además, se ha descubierto que Santiago utilizaba la plataforma Discord para estar en contacto con otros pedófilos, y es allí donde realizaba los envíos. No se ha demostrado que enviara a terceros los fotogramas en los que aparecía violando a su propio bebé. El hecho de que quitaran la tutela a los padres en septiembre de 2022 ha provocado que cese el acoso a la niña, que está a punto de cumplir 17 meses.

Abuelos piden tutela

Pero no todo termina ahí. Se han encontrado conversaciones del pedófilo con otros hombres en chats privados de Instagram. En ellos proponía a sus interlocutores tener relaciones sexuales con su bebé, él mismo y su novia. Sin embargo, la investigación no ha permitido comprobar si se trataba de una propuesta firme o si se trataba de meras y horripilantes ‘fantasías’. Los hombres con los que charló hablaban español.

Tras esta última detención y con el ingreso de Santiago en prisión, el tribunal también ha quitado a sus padres la patria potestad del bebé. Este periódico ha podido saber que los abuelos paternos han solicitado hacerse con la custodia de la pequeña, aunque no ha trascendido si finalmente se la han concedido. En los casos de retirada de la tutela por parte de la Comunidad de Madrid, estos familiares, como los tíos, podrán tener alguna posibilidad de hacerse cargo del menor.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *