La laguna de Santa Olalla, en Doñana, se seca


La falta de Santa Olalla era casi la única de las más de 3.000 lagunas de Doñana que solía amparar agua durante todo el año. La gran variedad de lagunas, tanto temporales como permanentes, permite conservar especies con ciclos de reproducción y ampliación diferentes, más cortos o más largos. Esto convierte a Doñana en un refugio incomparable para la biodiversidad acuática. Sin requisa, en el verano de 2022, Santa Olalla se secaba por completo acoplado al final del ciclo hidrológico anual, que se mide de septiembre a agosto. La situación se repitió al año ulterior y, en la segunda semana de agosto de 2023, la falta más sobresaliente de Doñana ya no tenía agua.

“Doñana está atravesando abriles muy duros. La combinación de una intensa y prolongada sequía y la sobreexplotación del acuífero están teniendo un gran sensación sobre el sistema de lagunas del espacio protegido”, nos explica Eloy Revilla, director de la EBD-CSIC. “El ciclo hidrológico que se acaba de cerrar, el de 2023-2024, comenzó luego con una Santa Olalla totalmente sequía. La situación se mantuvo durante dos meses continuados hasta que las primeras lluvias caídas a fracción de octubre ayudaron a que el nivel del acuífero subiera y el agua comenzara a inundar la cubeta de la falta. El mayor de inundación se alcanzó finalmente a finales de febrero”, nos indica Javier Bustamante, además de la EBD-CSIC.

Los bienes de las altas temperaturas

A partir de abril, los sensores de la ICTS-Doñana detectaron una gran proliferación de algas filamentosas adecuado a una proporción elevada de nutrientes, favorecida por las altas temperaturas y la poca movilidad del agua. Las imágenes de adiátere analizadas por el equipo del Laboratorio de Sistemas e Información Geográfica y Teledetección de la EBD-CSIC confirmaron que se situaban en torno a la orilla de las lagunas. El pico más suspensión se detectó a finales de junio, con más de 280.000 células de cianobacterias por mililitro. Aunque no todas son tóxicas, se consideran excesivas cifras superiores a 100.000 células/ml, ya que puede aumentar la probabilidad de toxicidad sobre otros organismos como aves o peces.

Más tarde, durante julio, adecuado al aumento de temperaturas y a la progresiva disminución de la superficie inundada, hubo una gran proliferación de fitoplancton que se extendió por toda la superficie de la falta. Los títulos más altos se detectaron el 31 de julio, con poco más de 140.000 células por mililitro. Se observó además, como cada año, cómo los títulos de salinidad de la falta aumentaban según avanzaba el verano por sensación de la evaporación del agua y la pérdida de superficie inundada, pasando de 6,6 gramos por litro a principios de junio a 13,6 a finales de julio.

Observación directa

Desde hace algunos días, el equipo de Monitorización Ambiental de la ICTS-Doñana, que se encarga del seguimiento de labiodiversidad y los procesos naturales del espacio protegido, ya no puede tomar muestras representativas de agua para analizar, ya que solo queda humedad residual y espinilla. Para observar la situación de la falta en tiempo existente, la ICTS-Doñana tiene instalada una cámara en la orilla de la falta a cuyas imágenes se puede alcanzar de forma pública a través de esta web.

Por su parte, la falta Dulce, situada muy próxima a Santa Olalla y considerada hasta hace algunos abriles además una falta permanente, se ha secado por completo durante la segunda semana de septiembre, poco más de un mes posteriormente que el año pasado, cuando se secó a primeros de agosto. Por su parte, la falta del Hondón sí ha mantenido agua a lo amplio del verano.

El funcionamiento de las lagunas en Doñana

La falta de Santa Olalla, así como todas las del Parque Franquista, que se sitúan en la zona próxima a las dunas, se inundan gracias a las descargas del acuífero, por lo que sus ciclos de inundación dependen de los niveles de las aguas subterráneas. Cuando llueve, el agua se filtra con destino a el acuífero, haciendo que su capa freática ascienda e incluso aflore al extranjero inundando las cubetas de las lagunas. Por otra parte, Santa Olalla además recibe agua procedente de las dunas.

Estudios recientes de la EBD-CSIC han constatado que un 60% de las lagunas que existían en los abriles ochenta del siglo pasado ya han desaparecido. Por otra parte, gran parte de las que aún permanecen se inundan mucho menos y por un periodo de tiempo más corto. Esto indica que la obra humana directa está interfiriendo en su ciclo natural.

Bustamante nos explica: “Santa Olalla ya ha perdido gran parte de su antigua extensión y desde hace unos abriles imágenes aéreas demuestran que sus orillas actuales y su isla central están siendo invadidas por tarajes y otro tipo de flora terreno”. El personal irrefutable advierte de que esta situación se está agravando en los últimos abriles adecuado a la sequía.

Más de diez abriles con precipitaciones por debajo de la media

Los ciclos 2021-2022 y 2022-2023 fueron catalogados como “muy secos”, con precipitaciones acumuladas de tan solo 282,5 milímetros en el primer caso y 330,4 milímetros en el segundo. Este ciclo que se acaba de cerrar ha terminado con 434,4 milímetros de precipitaciones acumuladas, por lo que siquiera se ha llegado a la media, que se sitúa en torno a los 500 milímetros.

Impacto sobre la biodiversidad

Estudios de la EBD-CSIC muestran que el detrimento del sistema de lagunas está teniendo un gran impacto sobre la fauna y flora de Doñana, en particular, sobre su comunidad de anfibios y reptiles acuáticos, especialmente vulnerables. En una investigación fresco, se compararon los datos actuales de 11 especies de anfibios con los recopilados hace 18 abriles. Si proporcionadamente todas las especies aún se podían encontrar en Doñana, su presencia había disminuido de forma universal. Por otra parte, hasta hace poco, el espacio protegido mantenía buenas poblaciones de los dos galápagos autóctonos, el europeo y el leproso, pero estas están ahora a punto de desaparecer.

La reacción del meteorólogo

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *