“Empecé con el Trail a los trece abriles más o menos, Tajes y yo nos conocimos en balonmano cuando éramos muy pequeños, pero mi raíz, que hace Trail me contagió el gusanillo por la montaña”. Nos lo cuenta Roi Mourón, tiene 16 abriles y palabra de su socio en el monte, Álex Tajes, de incluso 16 abriles.
“Nos pareció una disciplina muy divertida”, reconoce Álex así que se pasaron al Trail, y se inscribieron en el Club Tribu Trail. “En el que son todos muy maduros, pero muy niños a la vez”, cuenta sin evitar sonreír Roi.
Han competido en numerosas ocasiones los dos juntos, la de este fin de semana era una más. El domingo se disputaba en A Baña una carrera de 8km de la categoría sub 18, denominada Trail Promesas. Puntuable para la Copa de Atletismo. “A Roi le servía, pero a mí no”, reconoce Álex que solo compite en la modalidad de Trail.
“Arrancamos y cuando llevábamos 3 kilómetros corriendo pensamos que nos habíamos perdido”, explican Mourón y Tajes. “Preguntamos a la ordenamiento y nos dijeron que ya habían pasado varios compañeros, así que la dimos por perdida”, cuentan.
“Como estábamos juntos decidimos seguir juntos”, explica Álex y Roi añade “incluso nos planteamos hacer el trayecto amplio, de 25 kilómetros, por entrenar”. Los dos se ríen. “Íbamos a nuestro ritmo y nos hicimos una promesa, como llegaríamos de 15 o de 20 nos jugaríamos a piedra, papel tijera quién cruzaba primero la ringlera de meta”, coinciden uno y otro.
No se esperaban cómo acaría la carrera
Ningún de los dos esperaba el desenlace. “Al asistir nos sorprendimos, porque empezamos a ver cómo colocaban la cinta de meta, es proponer, ¡éramos los primeros! Y decidimos cumplir con el compromiso fijado. Álex sacó papel y yo tijera, así que pasé yo”. Recuerda pícaro Roi Mourón.
Se contagia de esa risa Álex. “Y ganó Roi, me parece puntual”, asegura.
En cuanto cruzaron la meta los miembros del equipo y el manifiesto allí presente se volcó en aplausos. “‘Sois unos máquinas’ nos decían, ‘tenemos a la mejor chavalada’ repetían, la verdad es que en nuestro Club son todos unos fenómenos”, destaca Roi. “Mis padres ya están acostumbrados a que haga cosas así”, añade Álex.
Más allá de los aplausos los dos reconocen que gestos como el suyo reflejan la esencia del Trail. “Es un deporte desigual a los demás, aquí es obligatorio ayudar a quien se queda a espaldas, nos tomamos la competición de otra guisa. Echar un ojo al compañero para ver cómo está, sacar el mayor partido a una carrera y… a una tijera”.
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