Truculenta historia esta que llega desde Birmingham. Allí, unos padres están acusados de causar o permitir la homicidio de su hijo Abiyah, de 4 primaveras, encima de negligencia intencionada, crueldad de niño y perversión del curso de la honradez. ¿El motivo? La pareja embalsamó el fiambre del pequeño ayer de enterrarlo en el parterre de su casa.
Tai, de 42 primaveras, y Naiyahmi Yasharahyalah, de 43, son los padres acusados. Los restos de su hijo de cuatro primaveras, Abiyah, fueron encontrados en el parterre de su casa alquilada en Clarence Road, Handsworth, en diciembre de 2022.
Uno y otro padres fueron arrestados en aquellas fechas, momento en el que las autoridades tuvieron constancia por primera vez de la existencia de Abiyah, ya que su partida no había sido registrado. El pleito contra ellos continúa desde entonces y ahora se han conocido nuevos y perturbadores detalles.
Trataron de curarlo con ajo y jengibre
Cuando se inició el pleito en el Tribunal de la Corona de Coventry, a los jurados se les expuso que la pareja “priorizó sus creencias culturales sobre el bienestar de su hijo” al descuidar las evacuación nutricionales y médicas. El tribunal además expuso que, posteriormente de que su hijo muriera por una enfermedad, la pareja ocultó su homicidio a las autoridades con un entierro privado en el parterre de su vivienda.
El padre, Tai Yasharahyalah, explicó a la Policía que el chiquillo había enfermado la perplejidad precedente a su homicidio, pero que tanto él como su pareja pensaron que se trataba de un simple resfriado o de una catarro. Como naturistas que eran, los progenitores “atacaron” la enfermedad con medicinas naturales, tales como ajo crudo o jengibre.
“Estábamos relajados como comunidad y él no era el mismo de siempre. Había poco diferente. Pensábamos que era un resfriado y lo estábamos atacando. Somos naturistas y creemos en la medicina holística. Pensé que era solo una catarro persistente que no desaparecía”, leyó a los jurados el fiscal Jonas Hankin KC. Eran las palabras del pronunciado durante la entrevista policial.
“Cuando me desperté, él estaba apacible y no se movía. Simplemente no estaba allí”
“Estaba tomando mucho ajo y jengibre y se los estaba dando a Naiyahmi y Abiyah. Estaba en una especie de meditación. Naiyahmi me dijo poco muy extraño: “Dijo que quería ir al lado de los vuelos””, añadió.
“Posteriormente de que ella dijo eso, miré su rostro y tenía el ceño fruncido. Me sentí impotente. Él me necesitaba y no había falta que yo pudiera hacer. Cuando me desperté, él estaba apacible y no se movía. Simplemente lo sostuve y no se movía. Intenté realizarle RCP rápidamente para ver qué podía hacer o si necesitaba apetecer a determinado, pero simplemente no estaba allí”.
Un ritual de ocho días
Tras estas declaraciones, el fiscal pasó a la parte en la que el pronunciado hablaba de un “ritual de ocho días” que llevó a mango en su casa. Ritual que incluía “momificar” a su hijo y prepararlo para “retornar” ayer de sepultar su cuerpo.
“Hay una parte de nuestra civilización en la que, si determinado ha muerto o no, lo llaman ocho resurgimientos, es afirmar, intentar resucitarlo. En ese periodo, puede retornar a entrar en el cuerpo. Cuando vi que estaba sin vida, no quise rendirme. Pensé: “No, no, no. Estoy seguro de que su ocupación aún no ha terminado””.
“Él todavía estaba en la cama con nosotros, yo todavía estaba viendo si había alguna guisa de traerlo de revés”
Tal y como se expuso durante el pleito, tras escucharle, la Policía investigó a fondo los detalles de este ritual, entre los que se incluía encender una lamparón y dejar el cuerpo del chiquillo en su cama.
“Él todavía estaba en la cama con nosotros, yo todavía estaba viendo si había alguna guisa de traerlo de revés. Estábamos rezando, encendimos su lamparón, es parte de nuestra civilización para que pueda encontrar su camino de regreso a casa. Él no regresó“.
“Había que sepultar el recipiente”
“Pasamos ocho días tratando de ver si regresaba. Había que sepultar el recipiente. Según nuestro ritual, o nuestra civilización, había que plantarlo, así que el entierro es como una plantación“.
“Fui al parterre en el que jugaba, lo desenterré, lo embalsamamos con incienso y mirra y lo preparamos para su regreso”
Por otra parte, el padre contó a los agentes que “nadie más que los padres del chiquillo estaban en el entierro”, ya que esto además formaba parte de su civilización. “Es muy importante que en el ritual no haya extraños, de lo contrario, vería a un extraño y saldría corriendo, así que no volvería si lo viera. Fui al parterre en el que jugaba, lo desenterré, lo embalsamamos con incienso y mirra y lo preparamos para su regreso”, explicó.
Fue ese el motivo por el que la pareja no pidieron ayuda médica: “Si lo queremos de revés, no puede sobrevenir extraños. De acuerdo con nuestra civilización y nuestra creencia, hagamos lo correcto en los días correctos. Tenía esperanzas de que regresara, porque sabía en mi corazón que no había forma de que se fuera todavía”.
“Nuestro objetivo era asegurarnos de que regresara de acuerdo con nuestra civilización porque no había terminado su tarea“, agregó Tai.
Los padres niegan sobrevenir permitido la homicidio de su hijo
El fiscal Jonas Hankin KC afirmó que la pareja había “descuidado por separado y en conjunto” a Abiyah al no proporcionarle ni la comida ni la atención médica adecuadas.
“Decidieron deliberadamente no proporcionar ni organizar la provisión de alimentación y atención médica adecuadas”, expuso en presencia de los jurados. “En lado de ello, priorizaron sus prácticas y creencias culturales por encima del bienestar del chiquillo, con consecuencias desastrosas”.
Por su parte, uno y otro padres han inútil sobrevenir causado o permitido la homicidio de su hijo, así como la negligencia, la crueldad y la perversión del curso de la honradez. El pleito continúa.
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