He escrito por aquí en alguna ocasión que hay cosas que solo pasan en la Comunidad Valenciana. Solo hay una comunidad peor financiada que todas, esa es la nuestra. La valenciana más que ninguna es gravemente perjudicada en los trasvases del Tajo, y resulta que asimismo aquí más de uno y más de dos vienen a tocar las arrojo con la denominación de nuestra región, que según nuestro estatuto de autonomía, se denomina Comunidad Valenciana. Este debate no existe en Galicia, ni en Andalucía, Extremadura o las dos Castillas, solo en la Comunidad Valenciana tenemos que sujetar de guisa contumaz al izquierda con lo de País Valencià.
La semana pasada y tras su acercamiento con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el patrón del Consell, Carlos Mazón, tuvo que detener los pies a un periodista que le preguntó por el «País Valencià», una situación a la que ya se enfrentó meses a espaldas en una entrevista concedida a TV3.
Pero nos faltaba el 9 de Octubre, día ancho para todos los valencianos y valencianas. Día en el que hemos tenido que sujetar el mensaje de la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz, felicitando al «País Valencià» como primer ejemplo. Eso sí, hay que reconocerle a la señora Díaz que se quedó corta escuchando el mensaje que mandó Íñigo Errejón, líder de Más Madrid pero criado en la cantera de Podemos. Errejón tomó la palabra en el Congreso para « desear una bona Díada del País Valencià». La eterna manía de intentar acercarnos a Cataluña.
De todas formas, no hay más que ver el resultado de cómo les va en la comunidad a los que proclaman lo de «País Valencià». Compromís, en tres encuestas publicadas esta semana sobre intención de voto, pierde un 25 % de media respecto de 2023 que pasarían de su techo electoral de 19 diputados en 2015 a los 11 que sumarían hoy según estos sondeos. Con Compromís y por coalición electoral, incluimos a Sumar, el esquema cada vez más fallido de Yolanda Díaz. y a los ancestros políticos de Errejón en la Comunidad Valenciana, a los ya no les queda en términos electorales ni el patronímico. Espero que sigan así…