En los últimos años, la controversia sobre la exceso de turismo recibiendo algunos puntos de este país ha crecido. Muchos vecinos lamentan que las avalanchas de visitantes estén alterando al extremo su día a día, por lo que vivir en barrios de determinadas ciudades o moverse por zonas rurales o playas que se consideran atractivos de primer nivel se está volviendo problemático.
Ante ello, en muchos de estos puntos muy subrayados, aparecen episodios de la bautizada como ‘turismofobia‘, un movimiento de acciones contra el turismo y que vivió sus primeros capítulos en Barcelona. Allí, impulsadas por el entonces gobierno de Ada Colau, que luchaba por descongestionar la ciudad, hubo campañas contra los autobuses turísticos y muchas pintadas de denuncia, algunas de las cuales incluso compararon la situación de la capital catalana con el controvertido lema nazi “Arbeit macht frei”. ».
A pesar de que el tema se suavizó por el Covid y la caída del turismo, lo cierto es que no hay verano en el que Barcelona no viva algún que otro evento de este tipo. Sobre todo se trata grafitis o carteles de denuncias que se colocan en zonas estratégicas, como los alrededores del Park Güell, en un barrio abarrotado de turistas, o en los miradores más populares de la ciudad.
“¿Son fiestas de barrio si hay más turistas que vecinos?”
Este año, los grafitis han vuelto al barrio de Gràcia. Lo han hecho hace unos días coincidiendo con las fiestas que viven sus calles peatonales, que son unas de las más importantes de la ciudad y que atraen cada año a miles de visitantes. Los festejos comenzaron este martes y para el arranque uno veinte paredes de la zona aparecieron con mensajes pidiendo a los turistas que se fueran a casa.
“Tourist go home” (‘turista, vete a casa’), que es uno de los más habituales en este tipo de reclamos, fue uno de los eslóganes más repetidos, pero esta vez hubo más. “Escupimos en tu cerveza” o “no eres bienvenido” eran otras frases pintadas en inglés en lugares visibles. Otros, en catalán, escribieron otro tipo de quejas: “¿Son fiestas de barrio si hay más turistas que vecinos?”.
La imagen incómoda que generaron no ha tardado en desaparecer. Y es que la limpieza efectiva han borrado el grafiti, según ha informado este miércoles el medio local betevé. El alcalde Jaume Collboni, que se estrena como líder municipal en estas fiestas pero que se negó a asistir al pregón para evitar polémicas, ha ordenado que se pinte con pintura la zona de los grafitis. Fuentes municipales han señalado que en ningún caso ha sido un dispositivo especial, sino que existen varias brigadas específicas para borrarlas y que, por lo general, todas las pintadas desaparecen en unas 24 horas.