a la Patagonia tras superar un cáncer de mama


“Tiene una energía brutal y, si pudiera abrirle la espalda, en algún momento le quitaría las pilas”. El periodista Eric Frattini, creador del Reto Pelayo Vida, habla así entre risas de Inmaculada Echanove. “Todo el mundo me llama Kica, siempre lo he escrito así”, explica esta toledana que vive en Argés y es superviviente de un cáncer de mama “complicado”.

A sus 46 años, va a participar durante diez días en ese desafío, una durísima expedición a un inhóspito campo de hielo en la Patagonia, en el Cono Sur de América. “El desafío es jodido”, dice Eric al hablar del entorno, la tercera zona helada más grande del mundo después de la Antártida y Groenlandia.

Cinco mujeres que han padecido cáncer vivirán esta aventura en los hielos patagónicos. Con una mochila de 20 kilos a la espalda y sujeta al suelo con gramponesEn medio de temperaturas extremas, los protagonistas deberán finalizar una agotadora marcha de 70 kilómetros para llegar a la falda del Cerro de Gorra Blanca, a 2.920 metros de altitud, entre finales de este mes y principios de noviembre.

Un camino sinuoso

Kica, enfermera de profesión, es una de las elegidas entre 463 candidatos. Para ello tuvo que superar una primera preselección tras presentar su historia de vida, que “ha sido un poco complicada”. Además, pasó por dos proyecciones, en Sierra Nevada y en los Alpes, donde demostró su extraordinaria forma física. Un nivel que ha alcanzado tras 27 semanas de entrenamiento específico desde abril, con tres sesiones semanales de cardio, dos sesiones de fuerza y ​​un estiramiento de unas 8 horas con una mochila de 17 kilos a la espalda. “Era como una tortuga ninja pegada a mi caparazón”. Lo dice gráficamente este corredor “convencido”, apasionado de las pruebas de fondo.

Pero el camino ha sido muy tortuoso para llegar hasta aquí. Kica quedó viuda tras el suicidio de su marido, pero siguió adelante con dos hijos pequeños. También vio morir a causa de su Covid a muchas de las personas mayores que cuidaba en la residencia pública de la capital toledana donde trabaja. “Fue horrible. Perdimos más de 40 pacientes cuando las familias no podían entrar en la residencia y estábamos haciendo videollamadas», recuerda antes de hablar del cáncer de mama muy localizado que le diagnosticaron después. “Necesité mucha quimioterapia y radioterapia, además de sufrir secuelas durante un tiempo”, explicó.dice un deportista tan lleno de vida. “Encerrada en casa, sin poder moverme”, resopla al recordar esos días.

Kica y Eric Frattini, esta semana desde el Ayuntamiento de Toledo, donde fueron recibidos por el alcalde, Carlos Velázquez

A B C

Estaba allí cuando un primo suyo le habló del Reto de Vida Pelayo. “Le respondí que ni siquiera sabía si me iba a salvar, porque se estaba portando horrible”, explica con una voz acelerada que confirma cómo se define: “Una persona súper positiva que siempre pone una sonrisa en todo”. “.

Y las tornas cambiaron. Cuando le confirmaron que se había curado lloró mucho; por sus hijos, por sus padres, por ella. “¡Estaba viviendo de nuevo!” Y este deportista “motor diésel” volvió a golpear el asfalto con fuerza. Su primera carrera fue muy especial, recaudando fondos para personas con autismo. “Yolanda Villar era presidenta de la asociación Apat y socia de mi club, VVRunners, que tenía un hijo con autismo”. Pero su amiga, “una mujer maravillosa”, no pudo postularse porque tenía cáncer, que contrajo en abril del año pasado.

Armada de coraje y quizás empujada por el halo de Yolanda, Kica se presentó al desafío, fue seleccionada y el 22 de octubre volará a la Patagonia. Viajará junto a los otros cuatro elegidos: la enfermera Sonia Sainz, de Cantabria; la arquitecta Yolanda Cerezo, de Alpedrete (Madrid); la periodista Ana Blanco, de Valencia, y la catedrática Laura Villapobo, de Teruel. Todas han superado el cáncer de mama, excepto Ana, que tuvo cáncer de útero.

“Hay mucha vida después”

Son cinco de las casi 3.000 mujeres de 19 países que han participado en alguna de las nueve ediciones. “La mayoría son españoles, aunque este año había un candidato japonés, y sobre todo con cáncer de mama”, resume Eric Frattini, conocido corresponsal de guerra, guionista de televisión, explorador y novelista.

El reto lo ideó después de que un amigo suyo muriera por “esta puta enfermedad”, como canta Carlos Bueso en ‘Tiempo’, dedicado a su madre, Marisa. “El desafío es mucho más que la aventura”, dice Eric. “Es una inyección de energía para la gente ver la historia de estas mujeres”. Y Kica, una de ellas, ya enarbola una bandera que reza en letras grandes: “Hay mucha vida después del cáncer”.

Aún no se ha ido y en su residencia los mayores ya esperan como agua de mayo su regreso. Quédense tranquilos, porque no se queda en la Patagonia.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *