La (temida) afición del Feyenoord, equipo holandés que visita este miércoles al Atlético de Madrid, ha mostrado su cara más amable en las calles de la capital; al menos, hasta el inicio del partido de Liga de Campeones. Se temía que se produjeran altercados e incidentes, debido a su historial violento, por lo que el encuentro fue declarado de alto riesgo y se configuró un dispositivo policial a medida para poder atenderlos y reducirlos, en caso de ser necesario. No era necesario.
Los aficionados del equipo de Róterdam pasearon por las calles de la capital, cantaron y gritaron su himno, y bebieron durante horas en la Plaza Mayor, convertida ahora en un segundo santuario del fútbol, ya que todos los aficionados internacionales ocupan las gradas tras aterrizar en el El aeropuerto de Barajas, como si fuera el primer lugar al que acudir. A un costado del enclave, en el balcón de un apartamento turístico, apareció una bandera del complejo.
«Se han comportado con tranquilidad, como cualquier cliente. Por supuesto, no han dejado de preguntar. Si no llegaban a cantar el himno, podrían haber pasado por cualquier turista”, afirma uno de los hosteleros del enclave, que les atendió a ambos la noche del martes, cuando llegaron, y este miércoles, hasta que la Policía Nacional escoltó hasta la desembocadura, desde Metro de Ópera y, desde allí, hasta el Wanda Metropolitano.
Sin percances que lamentar, la única firma que los aficionados al fútbol holandés dejaron en Madrid fue un graffiti con los colores de la bandera: negra, blanca y roja, y el nombre del equipo. Ni siquiera los que no consiguieron entrar (un millar) permanecieron durante los 90 minutos que duró el enfrentamiento en las calles del centro, algo que temían las autoridades, sino que se dirigieron pacíficamente al templo rojiblanco.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ya esperaba horas antes de que el árbitro pitara el inicio del partido que no hubiera ningún altercado con los más de 3.500 holandeses que acudieron a disfrutar del encuentro de fútbol.
Sí lamentó que hicieran pintadas en el centro de la capital, pero destacó el gran dispositivo formado por la Delegación del Gobierno en Madrid en el que participarán más de 1.300 agentes de la Policía Nacional en colaboración con la Policía Municipal.
Almeida destacó que dicha movilización de agentes intentará “prevenir y, en el caso de que se produzcan incidentes, reprimir cualquier situación de riesgo que pueda surgir” y “tratar de que se pueda mantener la paz en todo momento”.
La mayor presencia policial para controlar a la afición rival se centra en los habituales puntos de concentración de la afición visitante, como la Puerta del Sol o la Plaza Mayor. Todo para evitar que se produzcan imágenes ya vividas en otras ciudades europeas, con peleas y riñas que han acabado en detenciones. De hecho, hubo un intercambio de información entre los Cuerpos holandés y español.
Registro
Uno de los últimos altercados en los que se vieron envueltos radicales del equipo de Rotterdam fue la suspensión del partido contra el Ajax en septiembre. Este último arrojó bengalas y objetos diversos al equipo del Feyenoord, tras encajar tres goles en apenas media hora.
En mayo de 2022, ultras del Olympique de Marsella y del Feyenoord se vieron implicados en altercados en los que 20 personas fueron detenidas tras una pelea. Y antes, en la final de la Conference League, los aficionados de la Roma y los holandeses se enfrentaron entre sí y con la Policía, con el resultado de 60 personas detenidas y decenas de heridos. Se trataba de una especie de venganza tras los altercados que se remontan a 2015, con una treintena de personas encadenadas en la capital italiana antes de un partido de la Europa League, que provocaron disturbios en la Plaza de España romana.