El Consell de la República de Carles Puigdemont votará sobre la investidura de Pedro Sánchez en plena guerra interna


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Un sector de la entidad parainstitucional creada por el ex ‘president’ se opone a sus planes y acusa a su ‘número dos’, Toni Comín, de “autoritarismo” y de beneficiar económicamente a “su entorno”

Carles Puigdemont, líder de Junts y presidente del Consell de la República.
Carles Puigdemont, líder de Junts y presidente del Consell de la República.PE
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Con la vista puesta en la fase decisiva de las negociaciones con el PSOE para un hipotético inversión de Pedro Sánchez, Carlos Puigdemont se ha visto obligado a mirar, incluso por el rabillo del ojo, hacia el Consejo de la Repúblicala entidad parainstitucional que creó en 2018 para mantener la procesos desde Waterloo y en el que han comenzado a surgir grietas en la opinión pública.

Las bases de esta organización, fundada con la finalidad de actuar como una “Generalitat en el exilio”, decidirán a través de un consulta, que se celebrará entre el 17 y el 23 de octubre, si promueven “el bloqueo” de la reelección del actual presidente del Gobierno en funciones. Un miembro del Consell impulsó la iniciativa hace dos meses y ha obtenido los avales necesarios para hacerla efectiva: el 1% de los más de 103.000 empadronados que la entidad privada dice tener.

La convocatoria a la votación llega en un momento particularmente tenso para la entidad, ya que un sector crítico se ha rebelado recientemente contra la dirección liderada por el líder de Juntos por Cataluña. 31 miembros de la organización han manifestado su desacuerdo con los planes anunciados por Puigdemont hace poco más de un mes, que pasan por quitar el poder a la Asamblea de Representantesuna especie de Parlamento extraoficial dentro del organigrama del artefacto construido hace cinco años para dar pátina institucional a los políticos que huyeron a Bélgica en 2017.

“Gastos innecesarios”

Los quebraderos de cabeza para el expresidente del Gobierno no acaban ahí. El grupo protestante, que representa una cuarta parte de los 121 miembros de la cámara ahora disuelta, apunta a su mano derecha en el Consell, el vicepresidente. Toni Comín, a quien se le acusa de “autoritarismo” y de beneficiar económicamente a personas “de su entorno” con dinero de la entidad. En concreto, aluden a “gastos innecesarios” en “caterings muebles lujosos, ostentosos, excesivamente logotipos o retransmisiones televisivas de gran producción.

El resentimiento contra el exconseller de Sanidad de la Generalitat viene dado también por su pasado político, “con una carrera muy fluctuante (dentro de algunos de los partidos españolistas actuales)”, en referencia a su paso por el PSC de quien también fue miembro Izquierda Republicana antes de abrazar la causa de Junts, grupo del que hoy es eurodiputado.

Para completar la independencia de Cataluña del exterior, la organización con sede en Waterloo Fue diseñado con una estructura sustentada por un Gobierno de 11 miembros y la mencionada Asamblea de Representantes. El sector crítico deshonra a Puigdemont al socavar esta teórica separación de poderes al proponer dividir la Asamblea en dos cámaras, una reforma que se someterá a votación también este mes (entre el 11 y el 16). Una de las primeras consecuencias sería la retirada del poder de elegir al presidente, cargo que ostentaba el guía. posconvergente y que, a partir de ahora, estaría en manos del grueso de los inscritos.

Puigdemont y el resto de miembros del supuesto “Gobierno en el exilio” han cerrado filas con Comín y han rechazado las acusaciones que han ido creciendo desde el anuncio de la reforma realizada por el propio primero. presidente, por la noche, a finales de agosto. Ya entonces, un grupo más reducido de miembros de la Asamblea de Representantes convocó “autoritarismo bonapartista “contraria a los valores republicanos” el movimiento de su líder. En un comunicado, llegaron a calificar esa decisión como “manera arrogante y española “Ejercicio propio del liderazgo de partidos políticos con poca o nula democracia interna”. Además, sugirieron que el cambio de rumbo pretendía silenciar las voces críticas justo cuando Junts había lanzado la negociación para la investidura con el PSOE.

Llamados por Puigdemont a unirse en torno a su proyecto, Esquerra y el TAZA Siempre han manifestado sus recelos ante el Consell de la República por verlo como un mero instrumento en manos de JxCat. Hace ahora un año, en la crisis abierta entre ERC y Junts que supuso la salida del posconvergente del Palau de la Generalitat, una de las tres condiciones que rechazaron los republicanos fue la creación de un órgano estratégico de gestión del proceso independentista en el que el Consell tendría el testigo. Pere Aragonéscuya investidura en 2021 llegó a peligrar por el desacuerdo entre ambos partidos sobre el papel que debía jugar el ente parainstitucional, rápidamente rechazó lo que volvió a percibir como un nuevo abrazo de oso convergente a Esquerra.

Documento como el ‘DNI Vasco’

Más allá de la propaganda, el certificado de servicios prestados por el Consell de la República tiene como principal hito la creación del Identidad digital republicana (IDR), una tarjeta similar a la Declaración de Nacionalidad Vascala llamada DNI vasco que el independentismo puso en marcha en Euskadi y Navarra hace 20 años y la Justicia acabó derrocando. Supuestamente, el documento republicano sería utilizado para realizar negociaciones o compras con municipios o empresas. Sin embargo, sólo hay una docena de consejos adscritos al IDR, entre los que se encuentra el de Vic (Barcelona) o amer (Gerona), ciudad natal de Puigdemont.

Recordando el episodio vasco y su nulidad declarada por los tribunales, Sociedad Civil Catalana En julio envió una solicitud a la Generalitat para que “adopte las medidas necesarias para impedir el uso del IDR en cualquier tipo de procedimiento administrativo, aclarando las responsabilidades necesarias”.

Puigdemont abandonó su cargo como presidente de Junts en junio de 2022 para centrar su actividad en el Consell, un supuesto que un año después ha cambiado con su renacido protagonismo tras la 23-J. Además del exjefe del Gobierno y de Comín, el órgano de gobierno de la organización independentista tiene entre sus rostros más reconocibles a la exconsejera de Cultura de la Generalitat Luis Puigtambién escapó a Bélgica en 2017, y el cantautor y exdiputado del Parlamento Lluís Llach.

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