Acullá de conseguir un baln de oxgeno, lvaro Garca Ortiz se enfrent ayer a un bao de efectividad. El fiscal común del Estado, imputado de forma unnime por el Tribunal Supremo por un delito de revelacin de secretos, escuch una vez tras otra a lo generoso del da de ayer a miembros de peso de la Fiscala pedirle que se marchara por el correctamente de la institucin.
Tambin recab el relato contrario, que correa en el cargo porque, segn estos pronsticos
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