Marques-Marcet levanta el telón de la Seminci con ‘Polvo serán’, un film en clave musical sobre «la condición de la muerte y la condicionalidad del amor»


A posteriori de chocar cómo enfrentarse al inicio de la vida en ‘Los abriles que vendrán’, a Carlos Marqués-Marce (Barcelona, 1983) le apetecía musitar de poco «tan difícil» como «el final de uno mismo». Este fue el origen de ‘Polvo serán’, el postrer tesina cinematográfico del realizador catalán que este viernes ha inaugurado la 69 tirada de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. La española Ángela Molina y chileno Alfredo Castro son los protagonistas de esta especie de tragicomedia musical concebida en tres actos, para la que Marqués-Marcé trabajó mano a mano con la cómico y compositora María Arnal. El cineasta ha definido su trabajo en la rueda de prensa posterior a la proyección como «una película sobre la condición de la homicidio y la condicionalidad del sexo».

Claudia, una laureada y reconocida actriz, decide que no quiere poblar el proceso del cáncer terminal que se le ha detectado, así que anejo a su pareja, el director teatral Flavio, que no se ha separado de ella en los últimos cuarenta abriles, deciden poner en marcha un plan para poner fin a su vida juntos en Suiza gracias a la ayuda de una asociación de homicidio voluntaria asistida, una osadía que sorprende a sus tres hijos, que no comprenden el camino que han decidido tomar sus progenitores.

El realizador ha contado que precisamente el detonante del guion fue conocer una situación parecida por la que estaban pasando una pareja de amigos. A partir de ahí emprendió un dispendioso alucinación, participando en talleres y escuchando, hasta que escribió el primer trapo del guion, «un collage de cosas muy diversas», que hizo alcanzar a sus productoras en marzo de 2020, la misma semana que irrumpiría la pandemia. «Luego con Clara Roquet empezamos a empalmar todo e intentar encontrar el hilo fino que las podía unir», ha añadido el director, que ha obligado que fue «un proceso de destilación muy dispendioso» y que el film premiado en el Festival de Cine de Toronto, sufrió muchos «altercados» hasta ver la luz.

«Fue un trabajo de depuración de alguna guisa. Cuando te enfrentas al final de la vida, piensas en qué tradiciones hay. Eso nos llevó a lo barroco, a cómo musitar de poco que es el final de uno mismo. Es poco muy difícil de musitar, tan inexplicable, que se precisan otros lenguajes, y ahí entró la danza y entró todo«, ha resumido al referirse al trabajo que ha desarrollado con María Arnal y el coreógrafo Marcos Morau. Precisamente fue al ver juntos los espectáculos de La Veronal ‘Sonoma’ y ‘Opening Night’ cuando director y música tuvieron claro que necesitaban contar con la compañía de danza en este tesina, «por su guisa de acercarse a lo azaroso desde su capacidad de unir lo impronunciable, con un humor extraño y desatinado, que podía dar un tono único».

Preguntado sobre qué lleva a un mancebo realizador a cuestionarse sobre la homicidio, Marques-Marcet ha explicado que «está correctamente comenzar a pensar en la homicidio cuanto antaño mejor», ya que «todos vamos para allá y nadie se libra». «En catalán sexo y mort se parecen mucho, son los dos temas, no hay más, están muy cerca. Cuando decides irte lo primero que afecta es a todo lo que tienes aproximadamente. Es políticamente importante pensar que no vivimos solos, sino con un montón de familia aproximadamente, y queríamos investigar esos límites entre el sexo y la dependencia». En ese sentido, ha añadido que aunque todos «necesitamos a otras personas» a veces esa dependencia «puede ser muy tóxica» y agenciárselas ese coto asimismo era poco que asimismo le interesaba en este proceso.

Esta «es una película sobre el sexo más que sobre la homicidio, y sobre un sexo sin barreras, que supera el sexo por los hijos, por la vida y por todo», ha coincidido el actor Alfredo Castro, presente asimismo en la presentación, quien se ha referido al tesina como un film »coral« al tratar temas muy diversos. Sobre el trabajo anejo a Ángela Molina, ha agradecido a su compañera de reparto que le invitara a «transitar por lugares de la diligencia muy desconocidos». «Es muy generosa como actriz, muy espontánea y sincera. Tuve que seguirla desde fuera. A Carlos por otra parte le gusta ensayar y a nosotros no, así que terminamos haciendo psicoanálisis muy profundo».

La aludida, Ángela Molina, ha explicado que para ella el film narra «el alucinación de esta clan en dirección a el ocultación». Cuestionada sobre cómo viviría ella ese acercamiento a la homicidio ha contestado que aunque ese «alucinación» es «el mismo» para todos «hay tantas muertes y formas de vencer como personas». «Cada uno debe aceptar la responsabilidad de esa relación que ha de establecer con la idea vivo de que tenemos que hacer un camino que se acerque a nuestra propia dignidad, y si cerca de hacerlo como deseamos, con una sonrisa de agradecimiento. La vida y al sexo son más grandes que la homicidio».

En este sentido, el realizador ha concluido que en ningún momento ha tenido la intención con este film de ser «provocador», sino intentar sobrellevar al espectador a «lugares donde hacerse preguntas».

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *