‘El olor del miedo’ un thriller que demuestra que no hay animal más peligroso que el ser humano



¿Puedes oler el miedo? Y si es así que fragancia tiene? ‘El olor del miedo‘, la nueva novela de Manuel Ríos San Martín, propone precisamente eso: una narrativa en la que es imposible escapar del perfume de miedo que impregna sus páginas, una trama sin tregua que explora las comparaciones entre los comportamientos de los animales y los seres humanos. ¿Los animales se parecen a nosotros o somos nosotros los que nos parecemos a ellos?

Pasiones y penas. Los instintos del amor, el mal y la supervivencia. Maternidad… Todos estos sentimientos son los que protagonizan esta’suspenso’emocional y vibrante que pondrá en jaque tanto a la policía como a un joven veterinario. Elena es esa veterinaria. Apasionada por su trabajo, deja la vida en el zoológico Bioparque de Valencia para proteger a los seres que más ama: elefantes, chimpancés, leones…

Todo cambia con la aparición de un francotirador eso comienza a sembrar el pánico en el parque. Blancouna copia única de elefante albino y el principal símbolo del zoológico, muere de dos disparos, lo que deja a su cuidadora, que no es otra que Elena, completamente devastada. ¿Quién es este criminal oculto que pretende aniquilar a los ejemplares más bellos?

El amor por los animales como sentido de la vida.

Esta profunda tristeza que atrapa al veterinario no es más que una expresión de la amor por los animales como sentido de la vida. Una vida sobre la que, como dice uno de los epígrafes del libro, reina el miedo. Y el terror vuelve al local con el asesinato de una chimpancé preñada. Sin embargo, Elena consigue salvar al bebé y esto vuelve a darle sentido a su vida tras la muerte de los animales más queridos del parque.

En estas líneas de la novela se resumen el amor por los animales, el vínculo entre Elena y Blanca, los sentimientos de las ‘fieras’, el olor a miedo…

Los visitantes del parque que habían llegado temprano corrían aterrorizados; Los niños lloraron y gritaron abrumados. Un guardia de seguridad intentaba poner orden en el caos.

Elena caminó alrededor del cuerpo del elefante hasta mirar su rostro. Lo que vio de ella le heló la sangre: un disparo en el hombro y otro certero en la frente. Sin pensar que ella también podría estar en peligro, subió por una de sus piernas hasta llegar cerca de su ojo derecho, el cual aún tenía un rayo de vida.

“Blanca…” gimió, acariciándola.

Blanca abrió el enorme párpado de largas pestañas y vio a su veterinario. Cristina quedó absorta, bloqueada. Sidy miró por la puerta y empezó a llamar al resto de los elefantes.

-¡¡Cam hola, Panzi, cam hola, Tantor!!

Las mujeres escucharon la llamada, escucharon la voz angustiada del cuidador y entraron en pánico. Se huele el miedo.

¿Vale más la vida de un ser humano que la de un animal?

Además de mostrar las costumbres y diferentes formas de amar que tienen los seres vivos (humanos y animales), ‘El olor del miedo’ plantea una reflexión sobre la violencia, el egoísmo, el duelo, la evolución y el instinto. ¿Son los animales capaces de sentir rencor? ¿Tienen sentido de la justicia? ¿Aman? ¿Deberían tener los mismos derechos que las personas?

Esta última cuestión es precisamente en torno a la cual gira el debate filosófico intrínseco a la obra. Según el código penal, Matar a un animal no se considera “asesinato”de lo cual podemos concluir que la vida de un ser humano vale más que la de un animal.

Es en medio de esta realidad jurídica donde se mueve el francotirador construido por Manuel Ríos San Martín, una mezcla entre asesino, terrorista y cazador furtivo lo que revela la triste realidad: no hay animal más peligroso que el ser humano.

Un centro de zooinmersión

Manuel Ríos San Martín es conocido por su capacidad de crear escenarios sorprendentes y en ‘El olor del miedo’ lo ha vuelto a conseguir. La historia se desarrolla en el Bioparc de Valencia, considerado uno de los mejores parques de animales del mundo. Este entorno único en la capital valenciana es un parque zoológico de inmersión en el que, en cautiverio pero sin barreras, conviven más de 4000 animales de 116 especies.

Aquí, un equipo de profesionales trabaja en la reproducción de especies que se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, son muchos los que ven el zoológico como una ‘prisión de animales’, lo contrario de los amplios espacios sin fronteras en los que deberían vivir los animales salvajes. Una polémica que se ve acentuada por la muerte -o, mejor dicho, asesinato- del animal más emblemático del recinto: Blanca, la elefante albina.

Al fondo, la pradera de los herbívoros permanecía vacía. Pensaron en convocar a la prensa al bosque de baobabs, pero hubiera sido morboso. Dejarían salir a los elefantes más tarde, cuando los periodistas se hubieran marchado. Lo que no pudieron evitar fue que se escuchara un parloteo de fondo. Para los humanos presentes sonó como una canción por la muerte de sus

pareja. Y eso generó una sensación incómoda.

“Como ustedes saben”, comenzó el discurso con voz firme, “ayer, a las 10:07, se produjeron dos disparos que hirieron de muerte a nuestra querida elefante albina: Blanca. Cuando él dijo su nombre, tuvo que hacer una breve pausa. Murió instantáneamente y sin sufrir. Por razones que desconocemos, alguien

Quería acabar con el elefante, que era hasta ayer el símbolo del parque.

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