Arturo Querejeta se pone en la piel de ‘El alcalde de Zalamea’ este domingo en el Auditorio El Greco


El actor Arturo Querejeta (Logroño, La Rioja), Premio Teatro de Rojas en la última impresión por ‘Monstruos. El prodigio de los dioses’, vuelve a Toledo este domingo a las 19.00 horas, al Audiencia El Greco, con la obra ‘El corregidor de Zalamea’ de Calderón de la Barca. El montaje está incluido internamente de la 32 Muestra de Teatro Clásico ‘Toledo Siglo de Oro’.

‘El corregidor de Zalamea’, una de las obras más reconocidas e importantes del dramaturgo clásico (Calderón de la Barca), acento de muchas más cosas que las que cuenta en su argumento, como suele suceder en todas las grandes obras. Por otra parte de la tensión política que se respira entre líneas, de su poesía y perfecta construcción formal de sus personajes, para mí su maduro valía está en que otorga al espectador el papel de comisión en presencia de las diferentes formas de conducta que se establecen internamente de una sociedad.

‘El corregidor de Zalamea’ es un drama de honor y de dignidad, como apunta el director de la obra, José Luis Alonso de Santos. Quizá, luego de ‘La vida es sueño’, sea una de las obras del Siglo de Oro más representadas en el teatro. El conflicto de la obra es la injusticia y la lucha del pueblo desembarazado en presencia de el poder considerable y mal ejercido. Un conflicto que hoy sigue funcionando, como lo ha hecho durante 300 abriles. Pero el problema de este montaje no es ese, sino otro.

La trama

La historia es conocida: las tropas camino a la querella de Portugal se apostan en la villa extremeña de Zalamea. El capitán de las tropas, Don Álvaro (Javier Lara), viola a la hija del campesino Pedro Crespo (Arturo Querejeta) quien, recién prestigioso corregidor de la villa, ofrece al capitán poder casarse con ella. El capitán rechaza la ofrecimiento y exige que le entregue al ejército donde tendrá su consejo de querella correspondiente, que él no tiene poder alguna. Crespo se niega, lo juzga y lo ajusticia con macana.

Finalmente, llegará el rey Felipe II y viendo que «aquesto ya es hecho», juzga que «no importa errar lo menos quien acertó lo de más» y nombra a Crespo corregidor a perpetuidad.

El director ha obligado que la obra cuenta con varios diálogos entre Crespo y Don Lope de Figueroa (Daniel Albadalejo), héroe marcial de los tercios, que son de los mejores escritos de la letras teatral española. Tiene por otra parte un héroe trágico como Crespo, harto del sentido popular del gachupin desembarazado,. «Es un drama admisiblemente estructurado en tres jornadas que posibilita la batalla y el ritmo«, ha remarcado José Luis Alonso de Santos.

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