La Policía Particular de O Porriño desmanteló una concentración ilegal de vehículos en la que, sorprendentemente, participaba hasta un coche fúnebre. Esta operación, denominada Operación Caba, se llevó a final el sábado 12 de octubre, cuando se descubrió un evento masivo en el polígono industrial Oceanis-Cataboi, donde se reunieron numerosos coches y personas.
El audiencia se organizó a través de redes sociales y rápidamente pasó a la hecho con varias carreras ilegales y maniobras peligrosas que representaban un trascendental peligro para la seguridad pública, tanto para quien las observa como quien conduce en el interior de los vehículos.
La operación Caba
Durante varias semanas, las autoridades locales habían estado monitoreando el aumento de concentraciones de automóviles y espectadores en este polígono industrial, especialmente los sábados por la perplejidad. Lo que al principio eran habituales y normales reuniones de conductores, pronto se transformó en carreras ilegales, así como exhibiciones de conducción temeraria, como trompos y acelerones.
La Operación Caba fue coordinada por el Supremo de Primera Instancia e Instrucción número 1 de O Porriño. Para llevarla a final, se dispuso de un operante policial que incluyó el uso de drones y otros equipos tecnológicos avanzados para documentar detalladamente las infracciones cometidas por los participantes. A las 23:55 del sábado, la policía cerró todos los accesos al polígono, obligando a los vehículos a salir por un único camino apoderado, donde se realizaron revisiones de los coches y conductores que entraban y salían.
Entre los vehículos involucrados se encontraron tanto coches antiguos, con más de vigésimo abriles de pasado, como vehículos más nuevos. Sin incautación, lo que más llamó la atención fue la décimo de un coche fúnebre, utilizado para participar en estas peligrosas actividades.
Varios de ellos aceptan la prisión
Como resultado de esta operación, cinco conductores fueron investigados por delitos contra la seguridad viario, concretamente por conducción temeraria. Cuatro aceptaron la pena de prisión y la retirada del carné de conducir, mientras que el botellín está irresoluto de comparecer con audiencia jurídica.
Adicionalmente, se impusieron sanciones administrativas a nueve conductores más, quienes deberán enemistar multas de 500 euros y la pérdida de seis puntos. Además se detectaron más de vigésimo infracciones al Reglamento Militar de Vehículos, entre ellas la desatiendo de seguro obligatorio y el no uso del cinturón de seguridad.
Las investigaciones revelaron que este tipo de concentraciones ilegales no eran exclusivas de O Porriño, sino que se estaban llevando a final en otros municipios cercanos, incluso lejanos como Lugo o Santiago de Compostela, y incluso en algunas localidades próximas del país vecino, Portugal. Los organizadores, conocedores del interés policial en estos eventos, implementaban sistemas de vigilancia para alertarse frente a la presencia de agentes de seguridad.
Los conductores investigados fueron llamados a comparecer frente a el Supremo de Primera Instancia e Instrucción número 1 de O Porriño, responsable de las diligencias del caso.
Como ya se mencionó, cuatro de ellos aceptaron las penas de prisión y la retirada del permiso de conducir solicitadas por la fiscalía, mientras que uno de ellos aún debe comparecer adyacente a su abogado. Con la operación, las autoridades esperan disuadir futuras concentraciones ilegales en la región.
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