La joven de Castellón que acusó a su padre de violarla se desdice y la Fiscalía cree que ha recibido presiones


La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha juzgado este jueves a un hombre para el que el fiscal pide 15 años de prisión por un delito continuo de agresión sexual por violación perpetrada contra su hija; y a la madre de la menor, para quien el Ministerio Público pide 8 años de prisión, acusándola de cómplice.

Además, el fiscal solicita que se prohíba a ambos imputados acercarse a menos de 500 metros y comunicarse directa o indirectamente con su hija por un plazo de 10 años que se ejecutará tras cumplir la pena privativa de libertad, así como la medida de libertad supervisada para un plazo de 10 años para ambos, cuya implementación interesa la realización de terapias obligatorias y cursos de educación sexual.

Asimismo, en materia de responsabilidad civil, solicita que se condene al acusado a indemnizar a su hija con 50.000 euros en concepto de daño moral, cantidad de la que será subsidiariamente responsable la demandada en su calidad de cómplice.

Según las conclusiones finales del Ministerio Público, el imputado, mientras residía con su hija menor de edad en el domicilio familiar de una localidad de la provincia de Castellón, en repetidas ocasiones, con una frecuencia de casi todos los fines de semana, entre 2009 y 2013 y cuando la menor tenía entre 4 y 8 años, mantuvo relaciones sexuales con ella, de lo cual la madre de la joven tuvo conocimiento, “que no hice nada para evitarlo«.

Como consecuencia de estos hechos, la menor ha manifestado un síndrome de ansiedad depresiva postraumática con trastornos alimentarios y trastorno del vínculo parental, según informó el fiscal.

Los acusados ​​durante el juicio han negado los hechos. Así, el demandado ha indicado quey su hija le ha escrito cartas pidiendo perdón y que desde hace meses está en contacto con toda la familia.

Asimismo, la madre de la víctima, que ha reconocido que su hija padecía anorexia, ha asegurado que durante un tiempo estuvo en un institución religiosa de Cantabria, donde le dijeron que no podía verla por consejo médico, pese a lo cual acudió. También ha relatado que su relación actual con su hija es normal y que incluso la llama por teléfono cada diez minutos.

La acusada también ha indicado que antes de entrar en el juzgado su hija le dijo que una monja de la institución religiosa en la que se encontraba la había llamado para decirle que declarara contra ellos.

La víctima, por su parte, que ha declarado tras un paraban, ha reconocido que le contó a una monja de la institución religiosa que su padre había abusado de ella durante mucho tiempo, tras lo que la monja presentó una denuncia, y que ella ratificó estas acusaciones. . ante el tribunal. Sin embargo, ha asegurado que posteriormente presentó un documento a la Generalitat Valenciana diciendo que nada de lo que había dicho era verdad.

“Quería llamar la atención”

La menor ha afirmado que acusó a sus padres porque no se encontraba bien psicológicamente y Quería “llamar la atención” de estos porque consideraba que era la hija que menos amaban. “Entonces me di cuenta de que se le había ido de las manos”, dijo.

La joven, que ha negado haber sufrido algún tipo de presión a la hora de declarar, ha señalado que ha recibido tratamiento psiquiátrico y que lo que declaró inicialmente sobre los hechos fue “fruto” de su invención. Además, ha destacado que la madre superiora de la institución religiosa la ha llamado para declarar que los abusos eran ciertos.

La abuela de la menor ha explicado que su nieta nunca le contó nada de los hechos, y que “nunca” influyó en ella para que no testificara contra sus padres. “Siempre le he dicho que diga la verdad”, añadió. Asimismo, ha señalado que nunca ha visto ninguna lesión física a su nieta, “porque ella no lo habría permitido”.

Uno de los hermanos del menor ha afirmado que Él “nunca” ha visto ningún tipo de abuso hacia ella. “Mis padres son muy cariñosos y somos una familia normal”, dijo.

El médico forense que realizó el peritaje en agosto de 2022 tras entrevistar a la menor ha subrayado que padecía un trastorno alimentario -con síntomas relacionados con la anorexia y la bulimia- y síndrome de ansiedad. Ha indicado que la niña explicó que en meses anteriores había sufrido abusos sexuales por parte de su padre y que su madre era consciente de ello. «Consideramos que la historia que nos dio tenía credibilidad.“El experto lo ha señalado”, indicó.

Por su parte, una de las monjas de la institución religiosa donde se encontraba la menor y que denunció los hechos ha asegurado que la niña les contó que había habido relaciones abusivas por parte de su padre con ella; y agregó que la menor se mordió y cortó en los brazos y que ella le dijo que eso lo hacía “para olvidar otros dolores”.

“No me pareció que dijera cosas que no fueran ciertas”.

“No me pareció que dijera cosas que no fueran ciertas, no lo he dudado ni lo dudo por el dolor con el que lo relató”, anotó la monja. Otra de las religiosas de dicha institución explicó que la menor había tenido convulsiones e incluso ausencias de entre 20 y 30 minutos. «El neurólogo dijo que era fruto de una somatización de lo que había tenido de niño.“él afirmó.

La perito también ha manifestado que realizó un expediente a la menor y a sus hermanos para ver la posibilidad de brindarles protección tras la denuncia, lo que ha indicado que no se obtuvo ningún indicador de riesgo de ningún área, y que consideró que la separación del menor de la institución religiosa en la que se encontraba sería “beneficioso” para ella.

Los peritos propuestos por la defensa del acusado han informado que el menor padecía un fantástico caso de psicología“con invenciones y mentiras con diversos fines”, y han destacado la “distancia emocional con la que narró los hechos”.

El fiscal ha dejado definitivas sus conclusiones al considerar que la menor “Denunció abusos muy graves y por presiones administrativas y familiares se ha derrumbado.«, por lo que ha solicitado sentencia condenatoria. Finalmente, la abogada defensora del imputado ha señalado que no puede dictar condena, ya que considera que no existen pruebas.

El acusado, en su derecho a la última palabra, ha manifestado que son un Familia “normal, humilde y trabajadora” y que ama mucho a sus hijos. La demandada ha concluido que no sabe qué le ha pasado a su hija y que no le ha pasado nada en su domicilio familiar.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *