Atacan con pintura el monolito en homenaje de Fernando Buesa y su escolta


El monolito que honra al socialista desde hace más de dos décadas Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díaz, Asesinado por ETA en Vitoria, amaneció este jueves cubierto de pintura negra. Uno o más desconocidos habrían aprovechado la oscuridad de la noche para rociar la placa que recuerda a las dos víctimas y la fecha del brutal ataque. Lo ocurrido ha provocado la indignación de las víctimas.

El Fundación Fernando Buesa, promovidos por los familiares de las dos víctimas, han condenado “sin matices” el sabotaje en las redes sociales. En su mensaje también han hecho un llamado a deslegitimar el terrorismo. “El discurso de odio sigue presente en nuestra sociedad y, lejos de ignorarlo, debemos condenarlo”, añaden.

Él Colectivo de víctimas de Covite, también ha expresado su “máxima condena” del atentado. Recuerdan que la “deshumanización y humillación” de las víctimas, antes y después del asesinato, fue “parte esencial del ADN de ETA”, que sigue vivo en hechos como el ocurrido este jueves en Vitoria. “Hoy, afortunadamente, no matan, pero este modus operandi no ha desaparecido”, denuncian.

El ataque también ha sido mencionado por la alcaldesa socialista de Vitoria, Maider Etxebarria. En un mensaje en las redes sociales pidió “mantener viva la memoria de las víctimas y el derecho a la verdad, la dignidad y la justicia”. La líder de los partidos populares en Vitoria, Ainhoa ​​Domaica, se ha sumado a las voces de condena y ha calificado lo ocurrido como “una muestra más de la intolerancia aún presente en el País Vasco”.

El 22 de febrero de 2000, Fernando Buesa, destacado dirigente socialista, caminaba cerca del campus universitario de Vitoria, dirigiéndose a la sede de su partido. Al pasar, los etarras Asier Carrera y Luis Mariñelarena hicieron explotar una camioneta cargada con 20 kilos de explosivo en su camino. Cumplían órdenes de Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’. Buesa y su guardaespaldas murieron instantáneamente.

Desde entonces, un monolito conmemora las dos vidas truncadas en uno de los rincones del campus universitario. En él se puede leer la frase «Era un hombre de paz. Defendió la libertad de todos con la palabra ». En julio de 2020, su lápida también sufrió un sabotaje similar, aunque en aquella ocasión los radicales la rociaron con pintura roja.

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