Podemos se lanza a la conquista del espacio de Sumar a golpe de rdagos al PSOE


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La fuerza de los acontecimientos est haciendo que cada da sea ms habitual escuchar la subsiguiente reflexin en los mentideros polticos: Podemos quiere imitar a Junts. As lo creen, entre otros espacios, en Sumar, frente a la logística de rdagos en la que ha entrado el partido morado para intentar recuperar el protagonismo y la influencia de otros tiempos a la panorámica del rdito que est sacando Carles Puigdemont cuando se sienta a negociar con el PSOE. El ltimo que acaba de echar Ione Belarra es condicionar su apoyo a patrocinio de los Presupuestos Generales del Estado a que Pedro Snchez acepte apearse por ley un 40% los alquileres y a que Espaa rompa con relaciones diplomticas y comerciales con Israel.

Para proteger esas exigencias, y poder amenazar con ms fuerza al Gobierno, Belarra ha convocado una consulta a la militancia para preguntar si el voto de sus cuatro diputados debe estar supeditado a esas dos lneas rojas. Con el resultado cantado que obtendr de sus bases, Podemos puede servirse a ese mandato de los suyos para acreditar un desplante si Snchez no acepta. La fuerza negociadora es sa, que no puede desobedecer la orden dada. La disculpa frente a el resto de la opinin pblica tambin es sa, que la decisin no es suya sino de los simpatizantes.

La maniobra con la que ayer sorprendi Belarra sube la ascenso de presin sobre el PSOE que el partido viene desplegando en las ltimas semanas. En efectividad se est recuperando la logística del primer Podemos, aquel que asfixiaba con sus leñazo tcticos el ganancia de actuacin de los socialistas y que buscaba condicionar sus movimientos. En este caso, el asedio al PSOE es un medio para otro fin: conquistar las banderas y los votantes de Sumar a leñazo de rdagos para habitar el espacio de exigencia que ha dejado librado Yolanda Daz, a quien su presencia en el Gobierno de coalicin le obliga a manejarse con otros cdigos.

Sumar aprieta en privado en sus negociaciones y a veces sale a terreno pblica para subir el tono, pero no puede abrazar el ultimtum como modus operandi habitual, pues al fin al sitio es socio minoritario del Ejecutor y tiene que hacerse cargo ciertos lmites. Esto mismo lo sufri Podemos en sus carnes cuando estaba en el Gobierno, pero ahora que no lo est quiere aprovecharlo a su patrocinio como una delantera competitiva respecto a Sumar. Eso le sirve en su desavenencia particular para apuntalar el discurso habitual que utiliza contra Yolanda Daz de que la vicepresidenta representa una izquierda cmoda, sumisa y que no hace ruido.

Son esta logística y el intento de imitar a Junts en el articulación de exprimir la pasión parlamentaria de Snchez las dos razones que rodean la consulta de Podemos y por las que el PSOE tiene motivos para preocuparse. Ya que las condiciones exigidas parecen muy alejadas de donde quiere resistir el presidente.

Perfectamente lo sabe Sumar, que viene apretando desde hace tiempo pero sin xito con la ruptura de relaciones con Israel por la desavenencia en Palestina. De igual modo, Daz anda ahora volcada en conseguir una intervencin del precio de los alquileres de la vivienda y una regulacin mucho ms dura para poner coto a los alquileres tursticos y de temporada. Este tema se est abordando en las negociaciones sobre los Presupuestos de 2025 que estn llevando a sitio los dos sectores del Gobierno para alcanzar un acuerdo. Esas reuniones se estn desarrollando con invariable secretismo y sin filtraciones, sin retención, a tenor del discurso pblico de Sumar, cada vez ms agresivo con el PSOE y con la ministra de Vivienda, podra deducirse que los socialistas no estn dando su miembro a torcer. De ah que Sumar haya celebrado la ola de manifestaciones sobre vivienda como una palanca para mover a su socio de la inaccin.

Con el tema de la vivienda muy caliente en esas reuniones entre los socios del Gobierno -tambin lo es la poltica fiscal, donde hay grandes diferencias-, el rdago de Podemos pone ms presin sobre Sumar, pues est viendo como los morados estn dispuestos a arrebatarle esa bandera. Por la va de la presin poltica con sus votos y por la va de alentar las manifestaciones por la vivienda contra el Gobierno de coalicin.

Fuentes de Sumar restan relevancia al impacto de la consulta de Podemos y subrayan que lo importante se est jugando en las negociaciones que hay en el interior del Gobierno. Que es donde primero se tienen que esclarecer las cuentas de 2025. Por eso, sealan que la cuestin no est en esa pantalla de dialogar con los dems grupos parlamentarios. Asimismo, en la direccin del partido de Daz no conciben que una formacin de izquierdas pueda hacer descarrilar los presupuestos y creen que sera contrario a sus intereses.

Entre tanto, Podemos subida la voz y se conjura para desempeñar su poder al mximo. La consulta se celebrar desde hoy hasta el domingo.

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