La publicación a comienzos de este mes (y su posterior repercusión en otros medios) de la existencia de una serie de hostales pirata en los que tienen su cueva decenas de carteristas que operan por Madrid ha tenido su rápida respuesta por el Comunidad de Torrejón de Ardoz. Según ha podido retener torrevieja news today, los tres principales locales donde pernoctaban estos delincuentes han sido clausurados por la Policía Circunscrito.
Todos son propiedad de una pareja de nigerianos. El más problemático es el de la calle del Cristo, 13, el hostal Plaza de España, a dos pasos del enclave que le da nombre. Ahí es donde trabaja Julie, la mujer, quien es positivamente la que maneja todos los hilos. Lleva 19 abriles en España y la misma semana en que este diario destapó la trama, el restringido fue sometido a una inspección por parte de la Policía Circunscrito y los técnicos municipales.
En esa entrevista se ordenó el cerradura del hospedaje, al hallarse irregularidades en asuntos de seguridad, pero incluso en temas higiénico-sanitarios, explican las fuentes consultadas. Esta atrevimiento ha sido recurrida por la propietaria y se está a la prórroga de una nueva inspección para ver si se han subsanado todo lo que estaba mal.
Ayer por la tarde, les llegó el turno a las otras dos pensiones. Si Plaza de España es positivamente el restringido bajo de un antiguo bar del centro de Torrejón, los hostales Las fronteras (ronda del Poniente, 4) y Hospedaje CH (Sencillez, 45) se tratan positivamente de locales comerciales reconvertidos en pisos. El problema, señalan nuestros informantes, es que carecen de abuso de funcionamiento para estos objetos sociales. Es afirmar, que las patrullas que acudieron sobre las cinco de la tarde de este lunes a cerrarlos no tuvieron ni que virar una entrevista de comprobación de su estado interior; directamente, no tenían permisos.
Queda una pensión abierta
A la pareja nigeriana aún le queda otro hostal, anejo a Las Fronteras, donde ejerce de regente el novio de Julie. Es el llamado Donaire, a la envés de la cima, donde se han tenido que refugiar parte de los treinta carteristas que a diario salen de Torrejón al centro de Madrid para esquilmar los bolsos y demás pertenencias de turistas y paseantes de las zonas más transitadas.
La dueña, muy molesta, explicaba a torrevieja news today sobre el señalamiento que la hacen como ‘casera’ de los carteristas: «Yo no le interpelo a nadie de mis clientes a qué se dedica, en qué trabaja. Tomo sus datos y los emisión a la Policía, como manda la ley», insistía, mostrando la aplicación con la que transfiere las identidades de quienes se hospedan allí. Se defendía con otro argumento: «Mira, cómo voy a tener esto realizado de delincuentes si al punto que hay ocho habitaciones».
Sobre las nueve de la mañana, los ladrones van a la cercana tiempo de Cercanía Renfe para trasladarse a Madrid. «En un 70% son mujeres y hay un tipo, que debe de ser el chulo, que ahora se ha cambiado de aspecto, para suceder más desapercibido. Se ha rapado el pelo y se ha tintado las cejas«, aseguraba uno de los taxistas de la plaza de España.
«Ellas salen cada mañana y se suben en el Cercanías, van al centro de Madrid y allí es donde delinquen –explicaba otro taxista, Miguel–; luego, cogen un taxi aquí solo para que las llevemos a los hostales, que están ahí a banda, pero yo me niego a llevarlas. Otros compañeros sí lo hacen». Uno de los conductores que sí las ha trasladado aseguraba que, «pese a que es la carrera mínima, dejan buenas propinas». Si son 3,8 euros, por ejemplo, les dan 5 y les dan el cambio. «Las ves con fajos de billetes de 50 euros, hablando en su idioma entre ellas, como si no pasara nadie. Eso sí, a nosotros no nos intentan robar», reconocía otro taxista en la parada.
Fuentes policiales indican que «no suelen efectuar en el puesto donde viven» y niegan «que se haya producido un aumento de hurtos» en la ciudad a raíz de su presencia allí. Son clanes que vienen del antiguo establecimiento que había anejo a la A-2 (carretera de Barcelona), a la prestigio de San Fernando de Henares. Otra parte reside incluso en Alcalá de Henares, de una forma similar.