El presidente del Gobierno en funciones, granadino, ha vuelto a reconocer que “las negociaciones son complejas”. Es un rompecabezas que no va a ser fácil de resolver y para el que no hay prisa, según Salvador Illa o la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero: “Tenemos que disponer del tiempo adecuado”.
El independentismo sigue marcando plazos y aumentando la presión, y no sólo para la amnistía, sino también para un referéndum: “Aquí llegaremos de la necesidad de negociación”, dice en referencia Anna Simó, consellera de Educación de la Generalitat catalana a la autodeterminación. Van un paso más allá porque dan por sentada la amnistía, aunque el Gobierno ha evitado nombrarla. A Pedro Sánchez todavía no se le ha oído decir la palabra “amnistía”.
También lo hace falta el apoyo del Partido Nacionalista Vascoy hoy, su presidente, Andoni Ortuzar ha asegurado que la negociación será “exigente”, que necesita garantías: “La última legislatura fue un desastre en el que todos nos sentimos utilizados”.
El que es socio prioritario del PSOE, el socio de coalición, antes Podemos, ahora con la nueva coalición bajo las siglas de Sumar con Yolanda Díaz al frente, al parecer tampoco ha confirmado apoyo, “se trata de negociar”, repite el vicepresidente segundo en funciones.
Aunque hoy, el líder de Coalición Canaria advierte que si da el voto afirmativo a Sánchez no quedará libre. Además, este apoyo convierte a Carles Puigdemont en un actor secundario porque si Canarias vota a favor, al presidente en funciones sólo le faltaría la abstención de Junts. Pero, a su vez, Junts ha confirmado que en ningún caso su voto será la ‘abstención’, votarán sí o no a la investidura de Pedro Sánchez y preguntarán al Consell per la República Catalana si bloquea o no esa investidura, está en sus manos. .
Puigdemont, prófugo de la justicia, ha vetado al ex ministro y jefe de la oposición en Cataluña, Salvador Illa, negociar con el independentismo. El líder del PSC ha quitado hierro a ese veto y responde a otra de las exigencias del expresidente catalán: la figura de un mediador en las negociaciones, algo que Illa no descarta.