De hecho, Pedro Sánchez ya reconoce que está negociando la amnistía. Admitirlo significa que el líder socialista se levanta un paso más en su intento de hacerlo positivo y necesariolo que el propio líder socialista considerado inconstitucional, injustificado e imposible hasta el pasado 20 de julio, apenas tres días antes de las elecciones. Esa fue la última vez que Sánchez pronunció la palabra amnistía en público. Y lo hizo para decir que no la aprobaría.
Ahora, el mensaje es todo lo contrario. Pero, por ahora, sin decir la palabra. En Moncloa han elaborado una lista de términos alternativos para referirse a la amnistía, aunque de forma menos traumática. Palabras como generosidad, reencuentro, diálogo o convivencia. El PSOE espera que, a cambio, Puigdemont pronuncie la palabra investidura.