Los turistas alivian la sequía de la noche madrileña en agosto


Los asistentes a la fiesta se arremolinan alrededor de la puerta, con vestidos ajustados, camisas abotonadas y zapatos para la ocasión, los que han reservado una botella y los que no. La terraza, decorada con sofás, es la antesala del club, un palacio donde los altavoces suenan a todo volumen y es fácil escuchar una variedad de idiomas y acentos. Es un discoteca Madrid, en pleno agosto en el distrito de Chamberí, cuando la capital presumiblemente se apaga, pero las luces siguen encendidas y casi un tercio de los noctámbulos son turistas. En el peor mes del año para la vida nocturna, el sector prospera gracias a las avalanchas de visitantes. La resaca pospandemia -en cuanto a turismo y fiesta- se ha superado ya en 2022 y, este verano, los números confirman lo que ya se sabía: Madrid tampoco duerme en agosto.

La facturación de los clubs y discotecas crecerá esta temporada de verano un 4,7% respecto a la anterior, según datos del Estudio sobre la Situación y Evolución del Sector del Ocio en 2023 adelantado por la asociación Noche Madrid. Su portavoz, Vicente Pizcueta, sostiene que “tiene que ver con el mejor funcionamiento en agosto de Madrid a nivel turístico y, aunque sigue siendo temporada de valle, probablemente se haya reducido en un 50% el número de días que los locales están cerrados”. .” Si antes las discotecas encerraban hasta cinco semanas, hoy una discoteca grande no cierra más de 15 días por vacaciones.

La pandemia fue un bofetón para la noche madrileña. En 2020, los locales de ocio nocturno perdieron 2.000 millones de euros en ingresos y 8.000 puestos de trabajo y se estima que cerraron para siempre unos 600 establecimientos, los que no sobrevivieron a los meses de confinamiento ni a la progresiva vuelta a la normalidad, por restricciones horarias y de aforo y sin pistas de baile . El sector lo superó definitivamente el año pasado: “Estábamos con el efecto champagne y este año podía haber un revés, pero Madrid crece en verano y también impacta en la vida nocturna”, dice Pizcueta.

El portavoz de Noche Madrid explica que esta mejora del 4,7% se produce “independientemente” de que aumenten las entradas o el precio de las consumiciones. «Lo que se ha reducido es el número de plazas: antes podías ir a tres sitios distintos, cenabas, luego ibas a una coctelería y luego a la discoteca. Este tipo de hábitos están cambiando», dice. El restaurante Quintoelemento, por ejemplo, ocupa los dos pisos superiores de la discoteca Kapital, donde se sirve comida asiática entre pantallas LED y ritmos de DJ. Sin embargo, la mayor facturación deriva de otra causa: casi un tercio del público son turistas.

La ‘capital’ europea

La proporción de visitantes en las discotecas madrileñas asciende al 30,44%, por encima de la media nacional, que se sitúa en el 29,2%. En la Comunidad de Madrid, el 17,4% de estos clientes proceden de la Unión Europea, el 8,7% de fuera de las fronteras europeas (la mayoría de Estados Unidos) y el 5% de otras provincias españolas. “En el centro (de la capital), seguramente la mitad del público es turista”, dice Pizcueta. Sobre todo, en las semanas más calurosas, cuando los madrileños huyen de la isla de asfalto.

Los empresarios de la noche también piensan en su cliente extranjero. Según el citado estudio del sector, “el 80,5% de las discotecas, coctelerías y clubes nocturnos, espectáculos y conciertos de Madrid adaptan su funcionamiento para mejorar la atención del público turista”; en el resto de España lo hace el 69,3% de los establecimientos. Las estrategias son sencillas: contratar personal que hable más de un idioma (se da en el 56,52% de los locales de Madrid), colocar carteles por la discoteca en más de un idioma (47,83%) y, lo más profesional, disponer de un departamento de marketing turístico que orqueste campañas de promoción digital en los países de origen (17,39%). En Londres, un grupo de la asociación Noche Madrid salió a la calle con folletos: “Greater nightlife Madrid”. Es decir, la mejor fiesta está en la capital.

Un grupo de Noche Madrid promociona la fiesta madrileña en Londres

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Tras olvidar su mayor crisis, la noche madrileña sigue evolucionando. “Viene una nueva generación que lleva la vida nocturna, los camareros saben idiomas, tienen un interés especial por el cliente… Por supuesto, el trato con los idiomas es fundamental y, en segundo lugar, ser amables con quienes nos visitan”, apunta destaca el presidente del Círculo de Empresarios del Ocio Nocturno de Madrid (CEONM), Tito Pajares. Como la nueva obsesión por la experiencia, el despliegue digital es clave: “Cualquier establecimiento, por pequeño que sea, tiene una cuenta de Instagram en dos idiomas donde descargarlo todo: la carta, la coctelería…”, asevera Pajares. De hecho, la pandemia impulsó la venta de entradas online y las estimaciones de Noche Madrid determinan que tres de cada cuatro recintos cuentan con plataforma propia.

La cultura de la reserva

«Antes del Covid estábamos en porcentajes (ventas online) del 6% o 7%; ahora es el 40%. Tiene que ver con todo lo que ha sido la cultura del resguardo durante la pandemia. A esa hora solo había un 30% de aforo, la gente reservó y todo estaba lleno antes de abrir la sesión. Ese fenómeno de la burbuja, con grupos y horario de tarde, se ha extendido. No es un ‘sold out’, sino que pasa con las mesas mejor ubicadas, por esa idea de exclusividad”, explica Pizcueta. Y son los jóvenes los que reservan: el 74% de la clientela madrileña tiene entre 20 y 30 años y el 22% entre 30 y 40.

Otro detalle que destaca el estudio del sector es el estilo de música que triunfa. Los reyes en las discotecas de Madrid son las canciones comerciales y los grandes éxitos del verano, seguidas del reguetón y la música urbana, la electrónica y el ‘undergroung’ y, cerrando el ranking, la música ‘remember’. Aunque agosto sigue marcado por la sequía, los locales siguen jugando y atrayendo a los extranjeros, no solo en el centro de la capital, sino también en zonas turísticas como Alcalá de Henares, El Escorial y algunos pueblos de la sierra.

Sin embargo, ya pesar de las buenas cifras, agosto sigue siendo el mejor momento del año para que los clubes trabajen en trabajos de renovación y mantenimiento. Un lavado de cara antes de empezar la temporada y competir con los nuevos locales de moda, porque en los dos últimos años ha habido más aperturas que en las dos últimas décadas. “Si hacemos balance, ahora hay más tiendas que en 2020”, dice Pizcueta. Así que había 1.500.

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