Mohamadi, de 51 años, ha pasado la mayor parte de los últimos 20 años de su vida en prisión. y ha sido condenado hasta en cinco ocasiones, acumulando una pena total de 31 años de prisión.
A lo largo de su vida de activismo, Mohamadi ha fundado asociaciones por los derechos de las mujeres y ha escrito libros y artículos para denunciar especialmente los abusos a los que son sometidas, especialmente en las prisiones del país.
Por su trabajo periodístico, Mohamadi recibió el Premio Mundial de Libertad de Prensa de las Naciones Unidas en mayo de este año, junto con sus colegas iraníes Niloofar Hamedi y Elaheh Mohammadi.
Su última condena en su contra sumó diez años y ocho meses de prisión, así como 154 latigazos, por la comisión de “delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado” en lo que organizaciones humanitarias internacionales denuncian como una sentencia relacionada con su activismo.
Mohamadi se encuentra actualmente tras las rejas, concretamente en la prisión de Evin, en Teherán, cumpliendo la parte de su condena por la publicación del libro ‘Tortura blanca’, sobre la situación de los presos recluidos, acompañado de un informe publicado en diciembre de 2022 sobre la situación específica. situación de las reclusas y los abusos a los que están expuestas por parte del personal penitenciario.
Familiares y amigos del activista han pedido en innumerables ocasiones la liberación de Mohamadi por motivos humanitarios. tras el infarto que sufrió el año pasado y por el que acabó siendo operada de urgencia.
El Comité ha destacado especialmente el trabajo realizado por Mohamadi desde el estallido de las protestas el año pasado por la muerte bajo custodia de la joven Mahsa Amini, supuestamente por llevar incorrectamente el velo islámico. “Desde su cautiverio, la ganadora del premio ha contribuido a que las protestas no disminuyan en intensidad”, añadió el Comité.