Jóvenes, brillantes y alejadas de los estereotipos. Carmen Serrano Jara y Escuadra Simón Ruiz han entrado en la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) por la puerta ancho, con un 14 de 14 consumado como nota de comunicación, grandes sueños de futuro y un objetivo claro: alcanzar sus metas profesionales sin renunciar a disfrutar la vida.
«Las claves son el esfuerzo, la constancia y no rendirte, porque las cosas no van a salir siempre correctamente a la primera, pero todavía, parte de este proceso ha sido no renunciar a la vida social», explica Escuadra. «Si te centras sólo en los estudios, estar encerrado en un único sitio… yo creo que te vuelves un poco demente».
Carmen, a la que acaba de conocer -está en uno de los grupos de mañana, mientras Escuadra va por la tarde-, comparte la idea: «Yo vengo de hacer un software francés llamado Bachibac que ya de por sí te obliga a renunciar a horas, a lo que hay que sumar las extracurriculares, pero sí es cierto que intentaba salir, como reducido, una vez a la semana, a desconectar, porque no quería que los estudios englobaran toda mi vida. En cualquier caso, sin el apoyo de mis profesores, mis amigos y, sobre todo, mi clan, no hubiera sido capaz de sacar esta nota».
Dicha nota, insuperable, les ha permitido designar cualquier carrera y universidad. Y ambas han optado por el mismo camino: el Escalón de Ingeniería Aeroespacial de la UPV. «Lo de la universidad sí lo tenía harto claro», afirma Escuadra. «Siempre me han hablado muy correctamente de la UPV y según muchísimos rankings es unas de las mejores universidades del mundo», añade.
En cuanto al extremo, «el sector de la tecnología y las aeronaves siempre me ha interesado mucho. Encima, conozco a harto familia que lo ha cursado o ya está trabajando en ello y me han transmitido cosas muy buenas», explica Escuadra, que mira el futuro con mente abierta: «Tanto esta como cualquier otra ingeniería ofrecen muchas posibilidades en el mercado sindical, por lo que no sé dónde voy a detener, pero me encantaría durar a trabajar en poco relacionado con el sector de la aerodinámica, la mecánica de aviones, coches, naves…».
Carmen, objetivo Francia
A Carmen, por su parte, la aspiración profesional le viene de mortandad: «¿Por qué ingeniería aeroespacial? Creo que es hereditario. Vengo de una clan de ingenieros, programadores… He crecido en ese entorno y la verdad es que aeroespacial siempre ha sido la ingeniería que más me ha llamado la atención».
En ese aspecto, una entidad de relato es la ISAE Supaero de Toulouse, donde Carmen tiene intención de continuar su formación: «La UPV está hermanada con ella, y las instalaciones de ambas son increíbles. Me gustaría continuar mis estudios allí, ya que está centrada en ingeniería aeroespacial, el francés como idioma me gusta mucho y correr, cambiar de aires, tener nuevas experiencias… Quiero tener pasión en lo que hago».
Unidas por la UPV, Carmen y Escuadra charlan animosamente durante la realización de la entrevista, intercambian contactos y comparten aspiraciones. Quién sabe cómo avanzarán sus historias… Lo que es seguro es que no solo tienen capacidades académicas extraordinarias, sino que, adicionalmente, sus mentes abiertas invitan a soñar con un futuro repleto de éxitos. Profesionales… y vitales.