Una simple bisectriz para guardar vidas en la carretera. Su competencia ha sido tal que ahora se estudia implementarla en otros lugares. Así lo decidió hacer en febrero de este año la Comité de Andalucía en uno de los puntos más peligrosos de la provincia de Málaga, en la A-355, que une Marbella y Coín. Diez personas murieron allí el año pasado. Sólo seis meses luego, los resultados son esperanzadores: los accidentes graves bajan hasta en un 30%. La pintura recorre un tramo derrochador y resulta muy resultón.
Se manejo pues de un método simple y asequible, el trazado de una franja roja en el centro de la calzada, sobre la bisectriz central blanca que delimita los carriles y que recuerda que no se puede destacarse. Los lugareños la llaman “la carretera de la crimen”, y por ella transitan 20.000 vehículos diarios, cuando su estimación original era para unos 7.000. Muchos de esos accidentes mortales se producían por adelantamientos y velocidad indebida. Es tan visible y llamativa que, psicológicamente, inhibe la tentación de rebasarla.
Un color que agita la consciencia
Nuestro instinto entiende que este color simboliza peligro. Ocurre en casi todo el reino animal. Es el color que nos pone en alerta en presencia de un peligro inminente. Una bandera roja nos previene de fallecer ahogados en el mar; un código rojo significa emergencia; y el capullo rojo, al menos culturalmente, activa una opción nadie deseada, como lo es un armamento devastadora. En la naturaleza, los animales que “visten” con este color, nos indica que es mejor mantenerse alejados. Es un color que activa nuestros instintos primarios y pasionales, tanto positivos como negativos, y de modo inconsciente nos evoca prohibición, fuerza, fuego, pasión, peligro, castigo, dolor, inclinación, poder y violencia. Es asegurar, nos agita y nos claridad a la entusiasmo.
No todo al rojo
Desde luego, pintar las carreteras de rojo no es ni debe ser la única intervención. Es una medida más, que se combina con los llamados radares pedagógicos (miden la velocidad pero no multan), así como las instalación de nuevas señales, aplicación de antideslizante, colocar más bandas sonoras o realizar ampliaciones de la calzada, entre otras. Todas ellas, en su conjunto, conforman un paquete de medidas que ayudan a que nuestras vías sean más seguras.
Delante el éxito de su implantación, la DGT estudia extenderlo en los puntos negros de todo el país. En Asturias han copiado el maniquí para la AS-117, el Corredor del Nalón. Todavía Madrid está estudiando su aplicación. Un crónica de la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera (AEC), concluye que podrían evitarse hasta 300 muertes en el asfalto.
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