Un perro del Servicio Cinológico de la Vigilancia Civil de Ourense evitó que un hijo pudiera entregar a su progenitor, encarcelado en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar, dos gramos de hierba. El novato, de 26 primaveras y patria colombiana, se encontraba el pasado jueves en la sala de aplazamiento para poder comunicar con su padre en un vis a vis. El fino instinto del can se dirigió alrededor de el denunciado, que llevaba el hierba oculto entre sus pertenencias.
La Vigilancia Civil lo interrogó por un supuesto delito de tráfico de drogas que no causan circunspecto daño a la salubridad. El imputado negó que la droga fuera para su progenitor.
Los perros del Instituto Armado son utilizados a menudo para combatir el tráfico de drogas en el interior de la mazmorra. La preámbulo de tóxicos se realiza fundamentalmente a través de las personas, cartas o paquetes.