Aunque la Inteligencia Sintético suele asociarse a campos como la robótica o las redes sociales, el uso de algoritmos y el observación de cantidades masivas de datos abre la puerta a nuevas perspectivas en todo tipo de disciplinas. Una ventana que permite, incluso, repensar la forma en la que entendemos ciertos fenómenos, por ejemplo, el crecimiento crematístico.
Y esa fue la calado del profesor de ciencias sociales y del comportamiento de la Toulouse School of Economics, César A. Hidalgo, que expuso la alianza entre el observación crematístico clásico y la IA para ofrecer una visión más exhaustiva que puede hasta predecir oportunidades de exportación o importación entre territorios, así como entender el crecimiento pasado de forma más detallada gracias al concepto de complejidad económica.
Una fórmula que ya se emplea para atraer inversión mostrando oportunidades rentables en el caso de México o para diseñar el plan industrial doméstico en el caso de Malasia. Todavía en Europa, se empleó recientemente en el denominado documentación Draghi que encargó la Comisión al que fuera presidente del Asiento Central Europeo para diseñar una hoja de ruta que devuelva al arcaico continente a la senda de la competitividad.
A diferencia de otros indicadores más conocidos como el PIB o el IPC, la complejidad económica mide la intensidad del conocimiento que requieren las áreas de producción en las que está especializada la capital de un circunscripción. Por ejemplo, en Galicia, destaca la especialización en productos automovilísticos y textiles, que responden a sus principales exportaciones gracias al conocimiento desarrollado durante décadas en los polos industriales de La Coruña en el caso del textil (motivado en gran parte por Inditex) y en Pontevedra en automovilismo (oportuno al impacto de Stellantis y las empresas implicadas en el proceso que se extienden en las inmediaciones de Vigo).
Pero, a pesar de que Galicia es la sexta comunidad con más exportaciones, lo cierto es que su valor de complejidad económica es inferior a otros casos como el del País Vasco, donde a parte de exportar productos de automovilismo asimismo se especializan en otras áreas que requieren de veterano conocimiento, como la manufacturación de piezas para maquinaria o de nociones como tuberías y bloques de hierro, que son producidos por menos países.
Así se puede comprobar en bases de datos con infografías que emplean algoritmos, desarrollados por investigadores entre los que se encuentra el propio Hidalgo, como es el caso del Observatorio de Complejidad Económica (OEC por sus siglas en inglés) o la Fundación Cotec, que cuenta con información relativa a España que se puede disgregar en comunidades o incluso provincias para visualizar la complejidad a través de cada una de las áreas económicas.
Herramientas que permiten, encima, predecir cual será la transformación de aspectos como la desigualdad o la sostenibilidad analizando las oportunidades a nivel específico, gracias a la combinación de datos y la capacidad de educación de las máquinas (machine learning) que les proporciona la IA, como señaló el profesor durante su ponencia.