Evite explicar, sin embargo, los términos de la negociación: “No puedo anticipar un acuerdo hasta que ese acuerdo se produzca”.
Llegó el día. En Granada, en el marco de la Cumbre Europea. Fue allí donde Pedro Sánchez pronunció por primera vez la palabra que les persigue desde hace semanas: amnistía. El elefante finalmente apareció en la habitación. El presidente del Gobierno en funciones no sólo ha mencionado la palabra “amnistía”, sino que ha descrito lo que significa para él esta medida que está negociando con los independentistas catalanes.
“No deja de ser una forma de intentar superar las consecuencias jurídicas de la situación vivida en España con una de las peores crisis territoriales que hemos vivido”. Esto es lo que supone la amnistía para España, esto es lo que quiere conseguir Sánchez alcanzando un acuerdo con ERC y Junts para facilitar su investidura.
Este viernes se ha conocido que Sumar va a presentar el próximo martes en Barcelona su propuesta sobre la amnistía, que se aplicaría a los condenados y procesados por la consulta sobre el futuro de Cataluña de 2014 y el referéndum ilegal de 2017, ambos para la comisión de infracciones penales y administrativas. Sánchez ha confirmado que conocía el documento impulsado por Yolanda Díaz, pero ha matizado: “No es la propuesta del PSOE. No es la posición del PSOE”. Distancia. Frialdad.
El candidato socialista no da pistas sobre dónde se están produciendo los contactos con Junts y ERC. Está decidido a que lleguen a una conclusión exitosa, pero los mantiene en la oscuridad, no queriendo tomar medidas que puedan arruinar el diálogo. “No puedo anticipar un acuerdo hasta que se produzca porque estamos en plena negociación. No habrá acuerdo hasta que todo esté acordado”.