La UD Ourense supera al Valladares (3-1)



Conquista con valencia doble de la UD Ourense. Tres puntos que le colocan ya en la segunda plaza clasificatoria y conseguida mostrando oficio y aprender competir un partido que tenía controlado desde la superioridad en el engranaje, generando ocasiones y con el gol de Antón Guisande, pero que se le complicó sobremanera al recrearse con diez jugadores más de setenta minutos por la expulsión de Lucas Puime en el minuto 24, donde el conjunto rojillo mostró signos de equipo sólido en la parcela defensiva y con velocidad para sentenciar a la contra, con un Justino que fue determinante.

El equipo de Borja Fernández recuperó las buenas sensaciones en ataque desde el inicio de partido a través del control de engranaje por la posesión, desborde en manada y capacidad combinativa en ataque para ocasionar ocasiones de gol en lo que fueron los primeros vigésimo minutos de engranaje que se plasmaron en el señalador con el primer gol de un incisivo y trabajador Antón Guisande aprovechando el rechace de barra en el remate de Luismi para humillar en ámbito pequeña a Comesaña. 

Pero con todo controlado, sin que Alex Cobo tuviese trabajo, una entusiasmo asilada sobre la defensa adelantada rojilla, Lucas Puime comete yerro para impedir un mano a mano y es expulsado, poco que cambia la ornamento y el progreso del partido. Borja Fernández quizás realizó uno de sus partidos más intervencionista en lo que a táctica se refiere, cambiando el sistema y con cambios secreto en el segundo tiempo, decidió cerrar filas con dos líneas de cuatro y emplazar por la velocidad en lo alto y ayer del refrigerio el choque pudo estar resuelto con las ocasiones de Antón Guisande y Migui y el posterior 2-0 de Antón Guisande con poco de fortuna al encontrarse un balón en profundidad de Varo, que tocó sutilmente en un defensa y no errando en la definición final.

La continuación

En el segundo tiempo tocaría acontecer momentos de presión de un Valladares más ofensivo, aprender sufrir y encontrar en Álex Cobo tres manos salvadoras para impedir que el choque se igualase luego de que Monroy aprovechase un despiste en un córner para colocar el 2-1 cuando todavía quedaba por delante media hora de engranaje. La sentencia llegaría con la entrada de Justino. Con el Valladares ya volcado y arriesgando en sondeo de la igualada, en una de las múltiples acciones de velocidad y regate por manada, consiguió el 3-1 a dos minutos para el descuento en una entusiasmo de calidad y precisión, que incluso repitió en el descuento a manada cambiada y pudo suponer el colofón al partido.

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