La cara B de las redes sociales y del cibermundo se ceba sobre todo con los menores de época. La Fiscalía de Madrid advierte del incremento de la delincuencia protagonizada por adolescentes, pero sobre todo en la que este segmento tan desvalido de la población es la víctima. Uno de los capítulos más desagradables es el del ‘happy slapping’, poco así como ‘paliza oportuno’: es un tipo de acoso en el que se agrede física o verbalmente a chicos para grabarlo y subirlo a redes sociales.
El Servicio Notorio, en un crónica fresco, pone de relieve su preocupación por la facilidad de los menores de época para desarrollar este tipo de conductas y para «obtener y colocar a la víctima, para suplantar perfiles, por la sensación de impunidad que proporciona al autor la comisión de estos hechos a través de internet; siendo una de las formas delictivas que más ha proliferado entre los jóvenes en los últimos tiempos».
Se refiere, de guisa más universal, al ciberacoso o ‘ciberbullying’, pero de modo más concreto, a esa reforma del ‘happy slapping’: «Consistente en la cada vez más frecuente compacto, por medio de teléfonos móviles, de agresiones o vejaciones, para luego difundirlas a través de las redes sociales con el fin de dar publicidad a sus actos; y, cómo no, de avergonzar a la víctima delante quien visualiza las imágenes».
De hecho, la Fiscalía ha iniciado investigaciones sobre personas que, desde TikTok, Facebook, YouTube e Instagram, estarían llevando a agarradera la difusión de «vídeos en los que se publican este tipo de situaciones degradantes y discriminatorias contra diversos colectivos».
Uno de estos casos son las cuentas de Facebook en las que se ha organizado una «campaña de acoso, tanto físico como imaginario, contra el colectivo de los menores extranjeros no acompañados», los conocidos popularmente como menas. Son «personas especialmente vulnerables, tanto por época como por su origen extranjero y por su desvinculación conocido, lo que determina que se encuentren bajo la tutela de la Dependencia Pública«, enfatiza el crónica fiscal, al que ha tenido paso torrevieja news today. De hecho, son múltiples los usuarios que han utilizado esa plataforma de Meta como »transporte para compartir su animadversión« con destino a estos chavales, exteriorizando abiertamente sus »amenazas y categórico desprecio con destino a ellos«. Esto cristalizó en una ataque a dos de estos jóvenes, que fue grabada y difundida.
La ordenamiento Save the Children pone el acento en que la raíz está en la «búsqueda de popularidad y de ‘likes’, lo que puede arrostrar a muchos jóvenes a cometer un delito contra sus compañeros e incluso, contra sus amigos»: «La persona que graba esta ataque, ocasional o planificada, cree que colgarla en una plataforma digital puede ser entretenido o divertido, para cobrar popularidad en internet».
El 61% son amigos o compañeros
La ONG, con datos de 2019, enfatiza que «esta violencia afecta aún más a la víctima sabiendo que la ataque se produce entre iguales: en un 61% de los casos los agresores son amigos o compañeros». Y establece una conexión directa entre tres formas de violencia distintas, como un silogismo: el acoso escolar puede arrostrar al ciberbullying y, si el primero es xilografía y publicado en internet, se define ‘happy slapping’«. Y, ojo, que quien graba, aunque no participe en las vejaciones, igualmente es culpable, por no impedirlo y compartir las imágenes.
Save the Children, hace un quinquenio, calculaba que 76.643 jóvenes en España sufrieron esta destreza durante su infancia. Ahora, la Fiscalía de Madrid palabra de que el aberración va a más, sobre todo si tenemos en cuenta la proliferación de ‘smartphones’ y de multitud de plataformas en internet, a los que se tiene paso pese a ser pequeño.
Según el estudio de la oenegé, la época media en la que sufrieron el ‘happy slapping’ por primera vez fue a los 14 abriles y, tal y como sucede en el ciberacoso, la persona que suele causar la violencia es un compañero o amigo del colegio. Sin incautación, igualmente destacan otras personas responsables, como por ejemplo exparejas o familiares.
Por otra parte, la Sección de Menores halló comunidades virtuales desde las que se estaría incitando a los menores de época a autolesionarse y a adoptar hábitos alimenticios nocivos. Se incoaron diligencias en las que se ha constatado que en los mensajes publicados en las plataformas, encima, «se animan mutuamente a conquistar retos: por ejemplo, no aventajar la ingesta de determinadas cantidades de calorías, estar la viejo parte del tiempo sin manducar o adelgazar una cantidad de peso ayer de una vencimiento».