«No te das cuenta de que no todo el mundo tiene lo que tú tienes. No aprendemos el valencia de las cosas». Es la advertencia de Aina, una pupila de 13 abriles, mientras pasea por el puente de Vallcarca (Barcelona), minutos antaño de colocar una placa en remembranza de Tamara, una mujer sin hogar de 56, que hace sólo un mes murió al raso en la céntrica plaza de Cataluña. Pasaron varias horas hasta que cualquiera se percató de su fallecimiento y alertó a los Mossos, el pasado 27 de septiembre. De forma periódica, Tamara, que tenía diabetes, pasaba por la parroquia de Santa Anna, a escasos metros del sotabanco donde encontraron su cuerpo sin vida. A sus voluntarios les explicó que quería retornar a trabajar en el sector de la estética. Fueron, probablemente, los últimos en acogerla. Tamara es una de las 84 personas sintecho que han muerto en la renta catalana en lo que va de 2024. Es asegurar, un fallecimiento cada cuatro días, según el oscilación provisional de Arrels, entidad que los atiende.
«Les acompañamos en vida y además en la homicidio», explica a torrevieja news today su directora, Beatriz Fernández. Cuando una de estas personas fallece, la Policía prostitución de demarcar a sus allegados. En caso de no dar con nadie, están destinados a un entierro de auxilio, en una fosa popular; un hornacina sin losa. Pero Arrels, así como otras entidades, acuden al cementerio y colocan una pequeña placa, en remembranza de los fallecidos. El propio personal del camposanto -Montjüic, en este caso- les aclara que el cartel no durará mucho allí, pero aún así repiten el ritual. «Es un acto de despedida», sostiene Fernández.
Durante estos últimos diez meses han sido merienda mujeres y 73 hombres en situación se sinhogarismo los que han fallecido, sólo en Barcelona. La media de momento era de 56 abriles, un cuarto de siglo menos que el resto de habitantes de la renta catalana. El anciano de ellos, Lluís, tenía 92 abriles, el último, Arturs, solo tenía 18. Y fue víctima de violencia. Para recordarlos, estudiantes de ESO de varias escuelas han trayecto las calles de la ciudad para colocar placas con los nombres de todos ellos. Una iniciativa que la entidad repite desde hace casi una decenio.
La que porta el nombre de Tamara la colocaron la semana pasada Aina, Jana y Tea, estudiantes del colegio Virolai, conexo a un cajero de la calle Sant Eduald. No fue difícil para las menores poder imaginar que las paredes de esta entidad podían deber servido de refugio improvisado para ella, o para cualquier otra persona en situación de sinhogarismo. Algunos de sus compañeros de 3º de la ESO admiten haberse, prácticamente, acostumbrado a ver a parentela durmiendo al raso. Precisamente esta iniciativa persigue, como explica su profesora Txus Cid, despertar las conciencias de los menores.
Santiago y Joel colocaron la placa que recuerda a Francescato. Tenía 33 abriles y falleció el pasado 26 de julio. Pol, conexo a otros dos compañeros, Ferran y Eloi, decidieron pegar la conmemoración de cartón pluma conexo a una residencia de ancianos. En su caso, la de Hassan, que cuando murió tenía 39 abriles. Se les pasa por la persona que, conexo al cartel, podrían, en una próxima ocasión, percibir boleto para la entidad. Su profesora alaba la idea.
Otros dos estudiantes de la escuela Virolai colocan una placa en remembranza de una persona sinhogar, fallecida en Barcelona
Según los cálculos de Arrels, son más de 1.300 personas las que malviven en las calles de Barcelona. Muchas de ellas han sido víctimas de violencia o vejaciones. Incluso, como el pasado verano, multadas por «carencia de higiene personal», tras la denuncia de una vecina. Pese a las promesas, el Concejo no ha implementado nuevos espacios para su acogida, y los de titularidad de la entidad son insuficientes.
Más de ocho de cada diez personas sin hogar no recibieron ningún tipo de atención social durante su primer mes al raso. De media, los entrevistados por Arrels, llevan más de cuatro abriles sin un techo. Una cronificación del sinhogarismo, advierten, especialmente espinoso entre aquellos nacidos en España o el resto de estados de la Unión.