Emotiva recorrido en el sensatez por el crimen de Samuel Luiz en la orto del 3 de julio de 2021 en A Coruña. Comenzó con el certificación entre lágrimas de Max Luiz, padre de la víctima, que lamentó que al asesinar a su hijo “me quitaron a quien más amaba” y no desaprovechó la oportunidad de dirigirse a los acusados y reprocharles su brutalidad: “Lo que hicieron con mi hijo fue odio”.
“A ningún perro se le deja tirado en una cuneta, y ahí estuvo”, reprochó Max Luiz, diácono en la Congregación Cristiana coruñesa, en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de A Coruña, donde un tribunal de comité juzga a cinco acusados por el homicidio de este nuevo auxiliar técnico sanitario de 25 primaveras.
En la paliza grupal y mortal de aquel 3 de julio “me robaron a mi hijo”, rememoró en su manifiesto en calidad como testificador, en la que que quiso dejar claro que él no era el sentenciador en este caso, “no estoy aquí para sentenciar”, pero sí insistió en que no sólo él y su tribu sufren como resultado de estos hechos, “aquí hay muchas familias destrozadas”.
Emocionado, y en presencia de unos acusados con la comienzo depreciación, Max Luiz describió a su hijo, que compaginaba trabajo y estudios y era su “mejor amigo”. A Samuel, “le enseñé títulos” y asegura que “nadie puede cuchichear mal de mi hijo, era un ejemplo de educación”.
Este crimen fue un duro revés para la tribu. “Me quitaron un brillo que había en nosotros. Nos quitaron todo”, se dolió, y reconoció que aquella estupendo paliza a golpes, patadas y puñetazos les hizo a él y a la causa del fallecido “perder el rumbo”. Fue muy crítico con los acusados y todavía con los medios de comunicación, por las imágenes que se están difundiendo, que “están matando al coito de mi vida”.
Sobre los medios de comunicación todavía insistió en que no se prestará a participar en programas. “Yo no vendo a mi hijo”, aclaró, al tiempo que todavía indicó que comparece en este sensatez “por obligación” porque su único deseo es seguir con su vida y “cuidar” a su esposa y causa de Samuel. “No me quedan fuerzas”, reconoció, desolado.
Los abogados de los cinco acusados no realizaron preguntas, sí la fiscal, que desde el inicio del sensatez no ha podido evitar emocionarse y llegó a reprochar “estamos aquí por una partida estupendo e inhumana”. En presencia de sus preguntas, Max Luiz habló de la condición sexual de su hijo y explicó que, cuando le preguntó por el particular, él le respondió “todavía no es el momento”.
Esa orientación sexual de Samuel resulta determinante en esta causa porque la Fiscalía acusa a los cinco procesados de un delito de homicidio con felonía y ensañamiento y a dos de ellos todavía con la desventaja de discriminación en relación a la orientación sexual de la víctima, pues durante la paliza gritaron “maricón”.