En las últimas horas se han producido atentados contra el monolito en homenaje a Fernando Buesa y el ‘ertzaina’ Jorge Díez y contra el panteón de la familia del líder socialista asesinado por ETA
Euskadi ha vuelto a ser escenario de la denominada “violencia de baja intensidad” en los últimos diez días. Los dos últimos episodios, cuyos autores aún no han sido identificados, se perpetraron en menos de 24 horas contra el monolito en homenaje a Fernando Buesa y el ertzaína Jorge Díez y contra el panteón de la familia Buesa. Un asqueroso sabotaje en el cementerio vitoriano de Santa Isabel mediante el uso de pintura y heces. “No nos aplastarán”, advirtió. eduardo mateoportavoz de la familia Buesa y director de la Fundación que recuerda al político vasco asesinado por la banda terrorista ETA.
Mientras la Policía Local investiga los hechos denunciados por la Fundación Buesa, la lehendakari Urkullu Denunció la existencia de “pequeños grupos” que nuevamente exigen violencia política. EH Bildu, socio del PSOE en Madrid y Navarra, evitó las condenas para expresar su “rotuoso rechazo” a estos ataques planeados contra un símbolo del socialismo vasco.
El ataque de la mañana del jueves al monolito situado en el campus universitario de Vitoria y las pintadas y excrementos utilizados contra el panteón de la familia Buesa en el cementerio de Santa Isabel han vuelto a poner el foco en los vínculos entre “grupos” radicales, en palabras de Urkullu , y la dirección de EH Bildu. la coalición abertzale que presenta hoy su hoja de ruta en un año electoral en Euskadi, reaccionó ayer con rapidez tras confirmarse el segundo atentado consecutivo contra los socialistas Fernando Buesa y Jorge Díez, asesinados con una furgoneta bomba en febrero de 2000.
El coordinador de Bildu utilizó las redes sociales para mostrar su “absoluto y rotundo rechazo” a estos dos ataques, que calificó de “inadmisibles”. La reacción pública de Otegui Se produjo momentos después de que EH Bildu se desmarcara de la declaración institucional impulsada por todos los partidos en Vitoria para “condenar” estos sabotajes.
«La condena es más que un rechazo porque incorpora una desaprobación moral de algo que está mal. Si todos los partidos condenan, ¿por qué no lo hacen? En Euskadi la palabra y el lenguaje son muy importantes”, advirtió ayer horas después Eduardo Mateo, responsable de la Fundación Buesa y portavoz de la viuda y los tres hijos del político socialista asesinado.
Los familiares de Buesa sufrieron como un duro golpe este doble atentado a la memoria y dignidad de todas las víctimas. “Ha sido un golpe duro y están desolados pero unidos y dispuestos a seguir trabajando en la deslegitimación del terrorismo”, afirmó ayer Mateo, que fue quien registró las dos denuncias por un delito de odio que la Policía Local está investigando para tratar para localizar a los perpetradores. . Dos atentados que, según el portavoz de la Fundación Buesa, forman parte de “la parafernalia de legitimación del terrorismo en las calles, en las fiestas y en los eventos deportivos” que han reactivado los jóvenes de la izquierda abertzale. Los dos atentados contra el monolito y el panteón de Buesa se producen apenas una semana después de que la juventud de Ernai se movilizará por toda Euskadi para apoyar Galder Barbados y Aitor Zelayados condenados por almacenar explosivos en un bidón en Durana (Álava).
la juventud de Sortu -el partido liderado por EH Bildu- se enfrentó a la Ertzaintza en Vitoria, cortaron el tráfico en Bilbao, pararon una calle para taparla de pintadas en San Sebastián y los dos penados fueron detenidos por la Ertzaintza cuando se plantaban en el balcón de un edificio de Defensa en Vitoria. Representantes políticos de EH Bildu apoyaron estos disturbios y participaron en una manifestación de apoyo a los condenados.
El doble atentado contra símbolos que recuerdan a Buesa -en Vitoria otras 26 personas fueron asesinadas por la banda- fue calificado de “despreciable” por el líder de los socialistas vascos Eneko Andueza. Además, ha denunciado la reacción “terriblemente tibia” de EH Bildu a través de Arnaldo Otegi.