La tragedia de Murcia, en la que 13 personas murieron en un incendio que provocó el derrumbe de la estructura de una discoteca que operaba sin permiso, ha reabierto el debate sobre la falta de seguridad en los locales de ocio. Los pubs sin licencia no pueden garantizar el cumplimiento de estas medidas y, según la asociación de vecinos de O Cimborrio, “en Ourense hay unos 15 bares que actúan como locales de fiesta, pero no tienen licencia ni infraestructura para hacerlo”.
Casco Vello, donde se encuentra la gran mayoría de los locales son difíciles de evacuar. Los propios bomberos afirman, cada vez que se produce un incendio, que el mal estado de los edificios, su ubicación -muy próximos entre sí- y el abandono son los ingredientes ideales para una desgracia. Por su parte, Vecinos de la zona señalan que algunos lugareños alteraron el uso de la estructura original “de modo que se comprometa la seguridad del inmueble”. Además, los vecinos están preocupados por las molestias que pueden encontrar los equipos de extinción de incendios: “El acceso de los bomberos es casi imposible en calles estrechas llenas de toldos que dificultan el paso y que incumplen el Plan Especial de Reforma Interior (PERI). “, indican.
A las malas condiciones exteriores de la principal zona de fiesta de Ourense se suman los interiores de los negocios. Para abrir y garantizar la seguridad exigen una licencia que el Ayuntamiento a veces tarda más de un año.
El presidente de la Federación de Asociaciones Provinciales de Empresarios de Discotecas, Bailes y Clubes de Galicia (Fesdiga), Samuel Pousada, denuncia que “la burocracia del ayuntamiento es problemática. Dejan autorizaciones sin resolver. “No hacen cumplir las reglas”.
Pousada explica que los ayuntamientos tienen mucho que hacer cuando ocurren tragedias como la de Murcia. “Hay un descontrol. Todos los locales sin licencia deben sellarse inmediatamente.. Son pocos, pero están ahí”, advierte.
Critica también los tiempos de espera, que van desde tres meses -el tiempo previsto por la ley para la tramitación- hasta un año. Él señala que Los casos en los que se solicita son, generalmente, nuevos locales o cambios de actividad.. “El ayuntamiento debe tramitar los permisos con cierta celeridad, para que el negocio pueda desarrollarse. No puede ser que haya gente esperando durante años mientras paga el alquiler”, explica.
Desinterés municipal
Pousada culpa al Ayuntamiento de falta de supervisión. “No velan por que se cumplan los horarios y aforos, ni monitorizan qué actividad se realiza en el interior”, afirma. “No puede ser. Es un riesgo y ocurren tragedias. Lo que pasó en Murcia puede pasar aquí”, añade.
Al igual que los vecinos de Cimborrio, señala que las celebraciones clandestinas son una temeridad: “No puede haber bares que actúen como discotecas. Es toda responsabilidad del Consejo”, afirma.
Desde la empresa experta en seguridad y prevención de incendios Extega creen que las medidas de seguridad que se toman en el ocio nocturno son en muchos casos dudosas. “Los salones de fiestas tienen que cumplir con distintos tipos de medidas: puertas de evacuación adecuadas, sistemas de alarma contra incendios o equipos contra incendios”, citan. Además, los materiales decorativos deben cumplir unas determinadas características y avisarles cuando sean cambiados. “Menos del 20% cumple con todas las medidas. El Ayuntamiento debería abrir un expediente sancionador al comprobar que no hay prevención, pero no se hace”, añaden.
Para vigilar la seguridad de los pubs, explican que se pueden realizar inspecciones de mantenimiento. Con ellos se levanta acta y se notifica a la propiedad para que la subsane. “Sin embargo, hay muchos que no invierten desde el principio en adoptar las medidas necesarias”, indican.
Los pubs y discotecas deben someterse a inspecciones obligatorias cada diez años. “Las normas que se aplican son las que estaban vigentes al momento de otorgarse el permiso de actividad. En Ourense muchos pubs tienen licencia desde hace años y las exigencias eran ridículas, pero habría que comprobar si siquiera las cumplen”, cuestionan los expertos. Además, explican que cuando los espacios cambien de actividad se deberá aplicar la normativa vigente.
Control de capacidad
La Policía Nacional señala que las medidas preventivas son fundamentales. “El establecimiento debe vigilar quién entra -impidiendo la entrada de menores, por ejemplo-, qué se vende en el interior y que se cumplan horarios y aforos”, advierten.
Una salida de emergencia puede resultar difícil si dentro hay más personas de las necesarias.