Esta es la historia de una rendición. La de todo aquel que, al presentarse Andalucía, decide entregarse al nuncio de una tierra que rezuma historia, arte y simbolismo. La nueva entrega de la exitosa campaña promocional de la Trabazón, Andalusian Crush, ahonda en los rudimentos definitorios de la primera tanda y explora los senderos creativos que brinda una inteligencia químico usada de forma elegante que devuelve a la vida por unos instantes al mismísimo Federico García Lorca.
A grandes rasgos, la flamante propuesta repite la estructura novelística de la incursión original. Un planteamiento de cierto intriga, envuelto en una medio onírica que combina lugares del subconsciente con pasajes y personajes reales, todo guiado por una penetrante voz masculina -como la de Peter Dinklage– hasta entrar a un zenit de protagonismo rotundo de los compases de cornetas y tambores de la Cuadrilla del Rosario de Cádiz, que recogen el testificador de una acorde original firmada por el hollywoodiense Hans Zimmer.
La continuación de Andalusian Crush bucea por los orígenes de la autonomía, con ese Hércules que sostiene las dos columnas del escudo, la etapa romana encarnada en Julio César y, de nuevo, entroncando con el mensaje de la necesaria rendición, la caída de Napoleón Bonaparte calibrado en las fronteras andaluzas.
Además hay hueco para las vivencias actuales, todas ellas con clara raíz histórica. Lo vemos en el colorido sombrero de las verdiales malagueñas, y en ese plano a contraluz del paso del Señor de la Salubridad de los Gitanos de Sevilla, intercalados con estampas del Bañuelo de Ciñuela, la Catedral de Almería o del Actual Alcázar hispalense. Los baños de Doña María de Padilla, que cierran el metraje, ya estuvieron precisamente en la primera producción de Ogilvy.
Especialmente llamativa, en términos de publicación, es la secuencia de primeros planos de obras pictóricas de primer nivel que pueden admirarse en las pinacotecas andaluzas. Sobresale la dulzura del pincel del sevillano Bartolomé Esteban Murillo.
La mujer morena que pintó Julio Romero de Torres, pero en carne y hueso y por duplicado, Paco de Lucía y la ya omnipresente Lola Flores colman de talento andaluz los fotogramas de esta nueva entusiasmo promocional con la que el Gobierno andaluz pesquisa mejorar si cerca de los datos turísticos en las ocho provincias -sobre todo en una logística de desestacionalización de las visitas- y, de paso, seguir cosechando laureles en las principales citas audiovisuales.