Estos acuerdos fueron firmados el 13 de septiembre de 1993 en una cumbre en la que participaron el Primer Ministro de Israel, Isaac Rabin, el Presidente palestino, Yasir Arafat, y el Presidente estadounidense, Bill Clinton, y fueron firmados por el lado palestino por el actual presidente. de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, negociador durante los contactos.
Los documentos contenían importantes compromisos.incluido el reconocimiento de Israel por parte de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el reconocimiento de esta última por parte de Israel, como representante de los palestinos, así como la creación de la Autoridad Palestina para asumir responsabilidades de gobierno en Cisjordania y la Franja de Gaza. .
Sin embargo, estos acuerdos -reforzados por la firma de los Acuerdos de Oslo II en 1995 en la ciudad egipcia de Taba- cumplieron su período de aplicación de cinco años sin que sus puntos principales fueran trasladados al terreno.
Los acuerdos contemplaban que tras este periodo las partes abordarían conversaciones sobre cuestiones del estatus permanente, incluidas las fronteras, los refugiados y la situación en Jerusalén -considerada por Israel y Palestina como su capital-, aunque el asesinato de Rabin en 1995 a manos de un fundamentalista israelí y Una ola de ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) en 1996 provocaron una congelación de los contactos.
Sin embargo, Israel y la Autoridad Palestina firmaron el Protocolo de Hebrón en enero de 1997. –que contemplaba la transferencia de la mayor parte de esta ciudad de Cisjordania al control palestino– y el Memorando de Wye en octubre de 1998 –después de una cumbre entre Arafat y Benjamín Netanyahu– para la La retirada de Israel de otros territorios palestinos.
Finalmente, una controvertida visita del entonces líder de la oposición israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas -conocida por los judíos como el Monte del Templo- en septiembre de 2000 provocó el estallido de la Segunda Intifada, que resultó en al final de llevar a cabo un proceso de paz debido a las diferencias entre las partes.
De hecho, apenas unos meses antes se había celebrado en Camp David una cumbre en la que participaban Arafat y el entonces Primer Ministro israelí, Ehud Barak, que concluyó sin acuerdo y con ambas partes presentando ante la opinión pública posiciones muy distantes sobre la conversaciones, en las que intentaron repetir el éxito alcanzado en 1978 con la Acuerdos de Camp Davidque marcó el acuerdo de paz entre Israel y Egipto.
Sin posibilidad de diálogo
El golpe que el fracaso de los Acuerdos de Oslo A lo largo de las últimas dos décadas le siguieron iniciativas de paz fallidas, incluida la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 (introducida bajo los auspicios de la Liga Árabe y una de las principales propuestas sobre la mesa) y conversaciones entre las partes en 2007, 2010 y 2013.
Asimismo, Abbas presentó en 2014 un plan de paz que fue rechazado por Israel y Estados Unidos, mientras que el impulso del expresidente estadounidense Donald Trump con la propuesta presentada en 2017 quedó en nada por el rechazo frontal de las autoridades palestinas al ‘acuerdo’. ‘. del siglo, que incluía a Jerusalén como la capital “indivisible” de Israel.
La iniciativa de Trump, sin embargo, supuso un impulso diplomático que acabó en 2020 con la firma de los conocidos como ‘Acuerdos de Abraham’, que dieron lugar a la Normalización de las relaciones entre Israel y Bahréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Marruecos y Sudán.los primeros países en alcanzar un pacto de este tipo desde Jordania en 1994.
Israel también aspira a firmar un acuerdo con Arabia Saudí a corto plazo, aunque cualquier avance ahora es complicado, dado que Riad también ha condicionado su posición a lograr algún tipo de concesión para sus teóricos aliados palestinos.
Tensiones recientes
De lo contrario, Los contactos entre israelíes y palestinos ya estaban completamente interrumpidoscon las respectivas posiciones distanciadas y un goteo constante de incidentes violentos que se ha hecho especialmente palpable este año.
Varios ataques terroristas en suelo israelí, con ataques tanto en Jerusalén como en Tel Aviv, y una sucesión de operaciones de las fuerzas israelíes en los territorios ocupados, incluida una macrooperación en Jenin a principios de julio, han dejado al descubierto la tensión latente.