La ourensana Graciela Rodríguez y su lucha por una pasión: la música



Actualmente, Graciela Rodríguez (Melón, 1977) se encuentra componiendo los temas que formarán parte del nuevo disco, “Flower Panther”, que verá la luz en 2024. Pero todo este camino de éxitos comenzó en el Concello de Melón, lugar donde ella nació. , y, aunque creció y se formó musicalmente en Vigo, sus raíces siguen fuertes en su tierra, algo que considera imprescindible para desarrollarse como persona más allá de su profesión.

Vive desde hace años en Londres y tiene una larga trayectoria en el mundo de la música con importantes colaboraciones y actuaciones por todo el mundo. Pero como todo tiene un comienzo, cuéntanos sus primeros pasos en este campo.

Desde pequeña supe que quería ser cantante. Mis padres tienen una cinta mía y cuando tenía tres años, en lugar de hablar, cantaba. Me cuentan que muchas veces para responder lo hizo cantando. ¡Imagínate! Siempre fui una niña muy dulce y soñadora, cantar… para mí ese era mi mundo soñado. Entonces comencé a cantar en las típicas fiestas de fin de año. Luego comencé en una academia de música y estudié guitarra, canto y solfeo y entré al conservatorio.
Estudié Ingeniería de Telecomunicaciones porque quería saber cómo funciona el espacio exterior, viajar a la luna… y creía que esa era la manera de descubrir todo lo que hay más allá. Pero… no… Era terrible en matemáticas (risas), así que después de dos años me cambié a la educación musical. Tuvo alumnos privados, dirigió el coro de la iglesia y fue soprano solista en el coro de la universidad de Vigo. Con ellos viajamos por España y Portugal. Incluso fui seleccionado para el coro “Voices of Europe” con el que también fui de gira con Björk.

Con esa base tenía claro que iba a llegar lejos. Fue allí cuando ganó un concurso, un precedente gallego de todos los concursos de talentos musicales que conocemos hoy.

Sí, en 1998 gané un concurso, el primer concurso de pop rock organizado por la Xunta, que me dio la oportunidad de presentar mis propias canciones. Canciones que ya había empezado a componer con 14 años acompañada de la guitarra. Además, tuve un tema sonando en Cadena Dial durante año y medio, hice presentaciones en diferentes espacios conocidos de la provincia de Pontevedra y comencé a moverme en el mundo musical. Así entablé relaciones con diferentes músicos y artistas que me permitieron cantar en varias orquestas, e incluso fui solista de la primera orquesta de jazz de Galicia, la de Morrazo. En una época en la que el jazz empezaba a afianzarse en nuestra comunidad.

¡Una agenda muy completa!

Hubo un tiempo en que estaba con mis alumnos privados, daba clases en tres escuelas y cantaba en una orquesta. La verdad es que el tiempo libre, basta. Fue entonces cuando fui a Puerto Rico.

¿A Puerto Rico? Se la imaginaba en Londres directamente…

No, no… es una historia curiosa por decir lo menos.

Soy todo oídos…

Es que no les conté una parte muy importante de mi adolescencia… (risas). A los 14 años fue la primera presidenta del Fan Club oficial de Ricky Martín.

Eso no me lo esperaba…

De ellos no era tan conocido. Lo conocí a través de una amiga que vivía en Venezuela y ella me enseñó su música de cuando formaba parte del grupo Menudo. Me encantaron sus canciones. Me vi en él. Cuando dejó la banda y empezó su carrera en solitario, insistí en que tenía que venir a España. Estoy hablando del año 1993, no había Internet, por lo que las revistas de música enviaban cartas invitando a la gente a unirse al club de fans de los artistas. Y recibías correspondencia de aquellas personas que querían unirse.

Estoy viviendo un momento de “avivamiento”.

(Risas). Bueno, así fue. Y en poco tiempo tenía más de 200 fans de toda España y Sudamérica. Sus cartas venían acompañadas de fotos, pegatinas, carteles, dibujos… todo mucho más personal. Así fue cuando en 1994, con 16 años, fui a Puerto Rico a conocerlo. Había hablado con su familia allí mientras dirigían el Club de Fans Internacional. Pero… con tan mala suerte que cuando llegué allí, Ricky Martín había venido por primera vez a España para hablar con la discográfica.

No puedo creerlo…

Así te lo digo… ¡imagínate el disgusto! Considerándolo todo, conocí a su familia y muy bien con ellos. Y un año después lo conocí en España cuando vino con el disco “María”. Fui con él a los primeros conciertos, presentaciones… no era tan conocido, pero enseguida despegó. Cuando empecé a meterme más en mi carrera musical dejé el Fan Club y hoy lo sigue regentando la misma chica a la que se lo regalé en aquel momento.

Además de la parte anecdótica, esto también la llevó a hacer nuevos amigos en la música.

Conocí gente de la profesión e hice mis contactos, entonces me fui a Puerto Rico porque era mi sueño. Desarrollar allí mi carrera artística. Pero tuve un problema con la visa… y me deportaron. Estaba tramitando todos los permisos para poder quedarme, pero en uno de los viajes que hice, por un micrófono, me detuvieron, pasé cuatro noches en una celda y terminaron diciéndome que no podía volver a entrar. el país porque estaba “sospechoso”. ”. En su defensa diré que poco después de los atentados del 11-S y los controles fueron muy exhaustivos. Pero lo real es que en ese momento vi como todos mis sueños se desvanecían.

Pero tomó fuerza y ​​se reinventó.

De vuelta en España pensé que Londres sería otro lugar donde la música sería grande. Y aquí estoy yo. Me dio muchas cosas que nunca pensé que me daría. Terminé mis estudios de jazz en la Royal Academy Music, comencé a trabajar en muchos sectores mientras cantaba. Poco después acabé liderando una banda, Yes!!! Brasil Show, desde hace nueve años viajando por el mundo y presentándose ante destacadas personalidades. Lancé varios álbumes y estuve bajo diferentes managers que me consiguieron contratos con varios sellos discográficos.

Y ahora sigue en el mundo de la música pero de forma libre.

Vi que el mundo de la industria discográfica no era para mí. Hay que seguir todas sus reglas y, de alguna manera, “vender tu alma al diablo”. Yo no soy asi. Además de varias cosas que me pasaron… seguiría por mucho tiempo y lo dejaré para el libro que estoy escribiendo (risas). En resumen te diría que uno tiene su esencia y eso hay que respetarlo. Hay que vivir según esa esencia porque si vas en contra de esa base las cosas no funcionan. Cantar es lo mío, pero eso no quiere decir que ser parte de un sello discográfico sea lo mío. Entonces canto en el circuito de música en vivo en diferentes eventos y lugares, pero yo elijo dónde canto.

Además, desde hace unos años también es Entrenador Personal.

Siempre me gustó hacer deporte e ir al gimnasio, pero desde hace ocho años me dedico a ello con más intensidad. Hay una parte de la canción a la que está adherido el cuerpo. Para mí el canto y las emociones están muy ligados a la salud. Y la salud está ligada a la expresión. Y eso es lo que me hizo dedicarme al fitness.

Profesora de música y fitness, ¿cuál eliges?

Disfruto mucho cantar y es increíble ver cómo tus alumnos evolucionan y aprenden. Pero el canto y la música tienen algo muy interno, que hay que tener desarrollado. No se trata sólo de cantar sin sentimiento, hacerlo sólo para ser famoso o ser el centro de atención. Es necesario tener una conexión interior y una sensibilidad que no todos poseen. En ese sentido es mucho más fácil ser instructor de fitness, con más o menos coordinación, mandas levantar un brazo o saltar, y los alumnos lo hacen. Es inmediato.

En este resumen de su carrera no falta el profundo arraigo a su tierra.

¡Nunca! Hasta los cinco años estuve en Melón, luego viví en Vigo, pero los fines de semana y vacaciones siempre eran en el pueblo. No me gustó mucho, pero ahora, mirando hacia atrás en la vida, me doy cuenta de lo importante que fue crecer en ese ambiente. Un entorno en el que hay armonía con la naturaleza, con el ciclo de las estaciones, con las personas… que feliz eres disfrutando de esas cosas que te regala la vida. Sin más preámbulos. Después de viajar tanto, conocer a tanta gente destacada del panorama musical, me doy cuenta de la suerte que tuve y de la falta de esa conexión que es tan importante para la vida.

¿Cuándo lo veremos en Ourense?

A menudo. Dos o tres veces al año viajo para ver a familiares y amigos. Y, musicalmente hablando, espero que salga pronto un concierto. Sigo componiendo para producir mi nuevo disco, “Flower Panther”, que verá la luz en 2024, así que espero que mi tierra me haga un hueco en la agenda musical.

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