conmoción por el homicidio de una vecina en Pelahustán, «un pueblo donde nunca pasa nada»


“¡Han matado a Belén!” Lo cuenta un vecino a otro pasado el mediodía en la Plaza Vieja de Pelahustán, donde se encuentra el ayuntamiento. Están esperando comprar un pollo asado al vendedor ambulante que los cocina en un camión. El sol también calienta el segundo domingo de octubre y se habla del fallecimiento de la propietaria del restaurante La Boyería a un puñado de metros del local, que hacía de coctelería.

Corre con su pareja, María, y se encuentra en la misma plaza, en el portón de entrada que han colocado esta mañana algunos vecinos unas flores blancas recién cortadas y, en el suelo, cuatro velas rojas en memoria de Belén, que tuvo cuatro hermanos.

Murió a los 45 años y su cuerpo sin vida fue encontrado anoche en la Cañada Real de las Merinas, a menos de dos kilómetros andando de su restaurante. Tenía signos de violencia y yacía en el camino, paralelo a la estrecha carretera de montaña de acceso. Se encontraba en un paraje de encinas repletas de verdes bellotas y muy concurrido con los vecinos de este municipio toledano de la Sierra de San Vicente. “Es un pueblo donde nunca pasa nada”dicen sorprendidos.

Quedan muy lejos las dos mociones de censura que llevaron a Pelahustán a aparecer en los medios. Pero ahora la ciudad vuelve a ser noticia, aunque debido a otros acontecimientos tristes. Sus casi 400 compatriotas se preguntan desde anoche quién quería matar a Belén, «una mujer super dulce, sensible, encantadora, hospitalaria, gran amiga y dispuesta a ayudar a cualquiera. Un vecino ejemplar ». Así la describe una amiga que ha acudido al lugar junto a su pareja para encontrar el punto donde encontraron muerta a Belén. “No sé quién quería hacerle daño, porque no se llevaba bien con nadie”, dice mientras camina cabizbaja, triste.

Se cruzan por segunda vez con dos guardias civiles vestidos de civil y especializados en homicidios. Son de la Policía Judicial de la Comandancia de Toledo y están preguntando a los inmuebles del camino polvoriento para ver si sus vecinos vieron algo, el más mínimo detalle, que pueda ayudarles en la investigación.

Sus compañeros abandonaron aquel lugar del funeral alrededor de las siete de la mañana. A simple vista ya no queda rastro del lugar exacto donde apareció el cuerpo y que fue levantado sobre las tres de la madrugada, después de que los médicos forenses también terminaran su trabajo.

Un vehículo de la Guardia Civil, esta mañana en la carretera donde encontraron a Belén

manuel moreno

Cuentan en el pueblo que el cuerpo estaba cubierto con una manta y sin la bicicleta de montaña con la que salió al campo sobre las siete y media de la tarde. Fue encontrado cuatro horas más tarde, alrededor de las once y media de la noche, cerca del cruce con la carretera que conduce a la cercana localidad de Nombela. “Me llamó un concejal del equipo de gobierno avisándome porque no había señales de vida y se organizaron redadas”recuerda el alcalde, Roberto García, en el cargo desde junio.

Ella era amiga suya, “un gran atleta” que andaba habitualmente en bicicleta y le gustaba realizar rutas de senderismo por la zona de montaña y los caminos del pueblo. Pero no ha revelado información sobre las circunstancias del homicidio, ya que la autoridad judicial ha decretado el secreto del proceso.

Las tres banderas de la fachada del ayuntamiento, edificio de 1917, han estado ondeando a medias hasta que esta mañana el concejal municipal las colocó así. Cada uno tiene una crepe en señal de luto y se van a declarar tres días de luto por su amado prójimo, cuya bicicleta fue encontrada después del mediodía. Estaba en un callejón, a unos tres kilómetros de donde fue encontrada muerta y poco antes una mujer informaba a otra, en la plaza del Ayuntamiento, que “han matado a Belén”.

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