Las plagas y la sequía amenazan un año de «buenas cosechas»


Este está siendo un año de “buenas cosechas”, tanto en “calidad” como en “cantidad”, en el sector agrario gallego. Y, a pesar de la abundancia, la cosecha de todo lo plantado no está garantizada. No es nada nuevo para el gremio agrícola y ganadero, que cada año ve los frutos de su trabajo sujetos a factores externos; pero La realidad del escenario que enfrentan esta vez es innegable. Falta de precipitaciones en épocas donde habitualmente las había, tormentas sorpresa, calor intenso que persiste durante semanas. Síntomas innegables, consideran las organizaciones agrarias, del impacto del cambio climático en su comercio y, por tanto, también en la cadena productiva del tejido gallego. Y un abanico de amenazas a las que ahora se suma, influye en la aparición o persistencia de determinadas plagas que proliferan en estas condiciones.

«Hay plagas que duran mucho más. Algunas de las orugas que atacan a las coles ahora se pueden ver prácticamente todo el año; u hongos como el mildiú, que con la humedad y las altas temperaturas hacen mucho daño. E incluso hay malas hierbas que, en estas condiciones, germinan y crecen más rápido”, explica Santiago Cid, responsable de sectores vegetales de la Unión Obrera Gallega (SLG). También denuncia que, aunque la situación “varía mucho de una zona a otra “, hay lugares donde Ya se están viviendo “graves problemas” por la falta de lluvias, Al mismo tiempo, reclama líneas de ayuda específicas “con carácter urgente” para hacer frente a la escasez de líquido. “Es un problema que ha llegado para quedarse y seguramente seguirá agravándose”, añade sobre la incidencia en productos como la lechuga, las judías o la patata.

Los cultivos de vid también sufren la situación, explica en declaraciones a Ep el representante del sector vitivinícola de Unións Agrarias, Carlos Basalo, porque cuando la planta se ve sometida a estrés hídrico toma de la uva el agua que no es capaz de absorber. del suelo. , estropeando la fruta. Esta situación “ha propiciado que se haya adelantado” la recolección de la cosecha, amenazada también por lluvias y tormentas “en momentos en que no se producían” y por los cambios “bruscos” de temperaturas. “La cosecha, en un año normal, se recoge entre mediados de septiembre y mediados de octubre, pero en muchas (plantaciones) comenzó ya a mediados de agosto”. Además, advierte que La sequía hace que la recuperación del suelo sea “muy lenta o casi inexistente” Después de la cosecha: “La hierba tarda en aparecer”, afirma, y ​​el desarrollo microbiano se ralentiza.

Afortunadamente, afirma el presidente de la Asociación Agraria de Galicia (Asaga), Francisco Bello, por ahora no ha habido “problemas con los cultivos” a nivel “general”. Señala el caso del maíz, al que califica como “espectacular” con “más de 70 toneladas (producidas) por hectárea”; Lo celebra también Xulio Fernández, coordinador del sector lácteo del SLG, quien explica que las cosechas posteriores “se vieron muy beneficiadas por las lluvias de principios de septiembre cuando el pico iba creciendo”.

Riesgos para el ganado

Sin embargo, le preocupa eso un “verano prolongado” favorece la transmisión de virus como la lengua azul o la enfermedad hemorrágica hemorrágica entre los animales; y Bello también admite que en el sector ganadero extensivo se nota la falta de lluvias. «La hierba se secó antes de lo normal y ya en agosto se estaban gastando los recursos del invierno”, añade el coordinador del sector ganadero en el SLG, Brais Álvarez, advirtiendo que ya hay »zonas con problemas en el abrevadero del ganado«.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *