En el gobierno de coalición en funciones, y en el nuevo cogobierno que quieren compartir PSOE y Sumar, comparten un objetivo: pactar una amnistía con los independentistas catalanes para que permitan la investidura de Pedro Sánchez y “garantías” para un Gobierno duradero. Pero en el camino hacia ese objetivo, surgen discrepancias entre los socios, malestares por declaraciones o acciones del otro. Nada que ponga en riesgo la reactivación de la coalición, pero sí que devuelva las tensiones al primer plano.
En el equipo de Sumar, el partido que lidera Yolanda Díaz, ha causado enfado y malestar que el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, restara importancia a su iniciativa de amnistía desde La Moncloa. Los periodistas han pedido expresamente a Bolaos su opinión sobre el documento y lo que no compartieron al respecto. “El documento es de Sumar. No es la posición ni el documento del PSOE. Respetamos cualquier documento o aportación que se haga al debate, pero no es ni el documento ni la posición del PSOE”.
Una distancia y un distanciamiento que no es nuevo porque así lo vienen transmitiendo estos días los socialistas, desde que se supo que hoy martes Sumar dará a conocer su texto en un acto en Barcelona. Lo que ha molestado al equipo de Díaz es que ese desdén se haga desde el complejo presidencial y cuando, como representante del Gobierno, se hace referencia a la “posición del PSOE”. Sobre todo porque recuerdan que ha habido varias ocasiones en las que el portavoz u otro ministro se ha refugiado en que hablaban como miembros del Ejecutivo para no abordar posiciones partidistas.
Bolaños, en su presentación, ha confirmado implícitamente que la negociación gira en torno a la amnistía, porque cuando se le preguntó al respecto quiso lanzar un mensaje: “Cualquier acuerdo que adoptemos será impecable desde el punto de vista constitucional”. Eso sí, ni idea sobre la fecha de la investidura. “No puedo decir nada porque no creo que nadie la conozca”. Bolaós es uno de los negociadores designados por Pedro Sánchez.
Las fricciones sobre la amnistía están presentes, a pesar de que intenta actuar de manera coordinada y el objetivo es compartido. Hay coordinación con Díaz sobre el objetivo final, pero sus formas y planteamiento están estropeados. “Totalmente intrascendente”, califican fuentes gubernamentales la iniciativa que la vicepresidenta presenta hoy en Barcelona, validando únicamente la negociación del PSOE con ERC y Junts. Puesta en escena de distanciamiento que ya pasó con el encuentro de Díaz con Carles
Sin embargo, lo cierto es que Díaz fue el primero en proponer poder utilizar lenguas cooficiales en el Congreso, algo que finalmente ocurrió. Y ahora es ella quien está sentando las bases de forma más explícita para la aceptación y digestión de la medida, permitiendo a Sánchez mantener en la sombra sus negociaciones con ERC y Junts, mientras la vicepresidenta segunda acumula desgaste con su presentación.