Asesinan de una cuchillada en el cuello a un portero de la calle Alcalá dentro de la casa de un vecino


Aitor Santos Moya

12/10/2023

Actualizado a las 11:26 am

La crónica de una muerte anunciada en el número 366 de la calle Alcalá continúa hasta las 2:35 de la madrugada. En ese momento, los bomberos del Ayuntamiento de Madrid acceden a la primera C y encuentran el cuerpo sin vida de Esteban, cuidador del inmueble, cuyo rastro se pierde sobre las 18.00 horas del martes, casi un día y medio sin saber de él. Su familia es la primera en notar su ausencia, ¿una mala caída? ¿Un error que lo desorientó? Surgen dudas y en los alrededores de la cuadra y los hospitales no encuentran respuestas. A último momento presentan una denuncia en la comisaría de Ciudad Lineal, sin saber aún los últimos pasos dados para subir las escaleras.

Es miércoles cuando el hijo de la víctima pide ver las cámaras de seguridad de la comunidad. Las imágenes son claras: Esteban sale de su portería y sube las escaleras que conducen a los pisos superiores. Nunca vuelve a bajar. Los agentes reciben la secuencia y llegan al inmueble pasado el mediodía, es momento de empezar a descartar. Llaman uno a uno a todos los vecinos y las sospechas se ciernen sobre un vecino convulsionado, que no está en casa, y que las propias cámaras graban su salida del portal con unas bolsas negras poco después de que el portero desaparece.

Los vecinos empiezan a impacientarse y en el rellano todos hacen la misma pregunta: “¿Por qué no pueden entrar si sabemos que está ahí, herido o muerto?”. Para entonces, la Policía Nacional ya ha solicitado orden de entrada y registro al juzgado de turno, mientras que en el domicilio indicado no se escucha ni el más mínimo ruido. La autorización llega de madrugada y varios bomberos derriban la puerta. Allí encuentran a Esteban tendido boca abajo, ya muerto y con una evidente herida de arma blanca en el cuello. Nadie sabe nada del presunto autor, que actualmente vive solo.

Al apartamento se desplazan agentes de la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica para realizar una inspección ocular, y del Grupo de Homicidios V, a cargo de las investigaciones que desde esa hora apuntan en una sola dirección. Según los vecinos, el sospechoso vivía solo en el apartamento de sus padres y hacía meses que no pagaba la factura de la luz. Pese a todo, Esteban nunca había tenido problema con él, por lo que ahora los investigadores intentan localizarlo mientras se esclarecen los motivos de la extraña muerte.


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