Los pitos del público y las acusaciones entre Sánchez y Feijo acaparan la expectación en la Fiesta Nacional más separada
La tensión política y social se materializó en la paseo del prado ayer, concretamente, tres minutos antes de las once de la mañana. El sol ya calentaba el asfalto y los costados de la legendaria avenida estaban abarrotados de gente portando la bandera nacional. Y tres minutos antes de las once, Pedro Sánchez Apareció entre las autoridades reunidas alrededor del stand VIP. Luego hicieron sonar un silbato y el público abucheó y silbó al presidente en ejercicio. La cosa se detuvo cuando el familia real. Sin embargo, mientras el Reyes y doña leonor Saludaron a las autoridades, varias decenas de personas comenzaron a cantar: Déjenme votar por ustedes. txapote!, un momento incómodo que todos afrontaron con mirada de circunstancia.
Así comenzaron los hechos con motivo del fiesta Nacionaldonde la tensión social también se trasladó a las distintas salas del Palacio Real. Todas las miradas se posaron en la Princesa de Asturias, con el uniforme de gala del Ejército, que participó activamente en el desfile con la ofrenda floral a los fallecidos. España.
Cabo Primero Hurtado, miembro de la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire (PAPEA). Era la primera vez que el salto lo realizaba una mujer en el desfile, con la dificultad añadida del cambio de escenario. Porque debido a la construcción de una ciclovía, el recorrido del desfile se trasladó a una zona donde, además, las autoridades estaban más alejadas del público, quien aún ubicaba Sánchez. Pero el Cabo superó todos los obstáculos del Plaza Neptuno y realizó un aterrizaje que los expertos consultados por EL MUNDO calificaron de impecable. Fue poco más de una hora de desfile en el que participaron 57 aviones, 29 helicópteros y 109 vehículos. Se movilizarán 3.121 soldados y 120 caballos.
De allí, dos mil invitados se desplazaron hasta el Palacio Real, donde los Reyes ofrecieron una multitudinaria recepción en la que estuvieron presentes distintos colectivos sociales. También fue la primera vez que participó la Princesa Leonor. Los miembros del Gobierno abrieron el beso de manos. Ione Belarra llevaba el cuerpo envuelto en un pañuelo palestino. Precisamente en los salones de palacio, el embajador de Israel en España, Rodica Radian-Gordoncon su homólogo palestino, Husni Abdel Wahed. También fueron invitados Isaav Benzaquénpresidente de la Federación de Comunidades Judías de España con Mustaf Hagmed AbdesalamPresidente de la Comisión Islámica en España.
Entre los alcaldes españoles, el de Madrid José Luis Martínez Almeida se llevó a su novia, Teresa Urquijo y Oscuro, que fue el primer invitado en dedicar una exquisita reverencia a los Reyes y a la Princesa Leonor. También le dedicaron este gesto de respeto. Ana del Palacio y Esperanza Aguirre.
Hubo un momento entrañable cuando entré. Miguel Herrero de Minuno de los dos padres vivos de la Constitución que, a sus 83 años, caminaba lentamente sobre el besador con la ayuda de un bastón. don felipe Se acercó a él para acompañarlo por el último tramo del pasillo. Entonces el Princesa Leonor. Su padre le explicó quién era Herrero de Min, en un gesto espontáneo pero con gran simbolismo de cara al futuro, ya que la Carta Magna atraviesa un momento delicado.
La Casa Real también invitó a una amplia representación de ciudadanos que han coincidido con los Reyes en algunos actos a lo largo del año. Muchos de ellos se alegraron por la oportunidad única de estar en un palacio que, desde que llegaron Felipe VI, Intentamos acercarnos lo más posible a los ciudadanos. Luz Casal fue uno de los rostros más populares, invitada por haber ganado una Medalla de Arte. Y la Princesa de Asturias se sintió un poco más acompañada por la presencia de siete compañeros cadetes de la Academia General Militar, amigos de estudios con los que comparte su día a día en Zaragoza. Para aligerar los besos en las manos, se hicieron cuatro tandas. Y para evitar aglomeraciones, los invitados se distribuyeron en varios salones desde los que disfrutaron de un cóctel que finalizó con brochetas de frutas y trufa.