Elisa Baker, la malvada madrastra que mató y desmembró a una niña discapacitada


“Se llevaron a mi hija en lugar de a la hija de mi jefe”, dijo Adam Baker al servicio de urgencias cuando llamó para informar de la desaparición de su hija Zahra, de 10 años, que tiene problemas de audición y una pierna amputada. Según su relato, una nota de rescate en el parabrisas de su auto lo alertó de los hechos y cuando quiso comprobar que su pequeña estaba en su habitación, ésta ya había desaparecido.

Sin embargo, con el paso de los días, todas las miradas se centraron en Elisa, esposa de Adam y madrastra de Zahra, cuyos movimientos despertaron sospechas. Varios testimonios y reportes de servicios sociales dieron cuenta del maltrato físico y psicológico que sufrió la niña a manos de la mujer. Un mes después, la asesina confesó y llevó a los investigadores a los lugares donde se había deshecho de los restos de la pequeña. La había desmembrado.

siete matrimonios

Elisa Annette Baker, cuyo apellido de soltera era Elisa Fairchild, nació en 1968 en Carolina del Norte. Tenía tres hijas y sus padres trabajaban en fábricas textiles y de muebles. A pesar de contar con todas las atenciones de su padre, desde muy pequeña sufrió abusos físicos por parte de su madre, algo que la hizo rebelarse ya en la adolescencia.

Durante sus años escolares, Elisa se convirtió en una de las niñas más populares del colegio, aunque tuvo que enfrentarse a quienes la molestaban por sus altibajos en cuanto a peso. Si algo caracterizaba a esta joven, según sus propios compañeros, era su inseguridad, aunque lograba disimularla con astucia y cierta habilidad de manipulación.

Elisa Baker, la madrastra asesina

Elisa Baker, la madrastra asesina

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De hecho, su facilidad para el engaño la llevó a casarse seis veces y a ser acusada de bígama. Y estaba casada con dos o tres hombres al mismo tiempo, una práctica completamente ilegal en Estados Unidos. Durante estos años, Elisa ejerció todo tipo de abusos hacia su marido, y también hacia sus tres hijos biológicos.

Vivía en 42 direcciones diferentes, robaba en las casas de sus maridos, destrozaba sus vehículos, amenazaba con quemar sus casas y matar a los hijos de esas familias… “No había nada bonito en esa mujer”, declaró uno de sus exmaridos, Andrés. Harris Jr.


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“Ella salía, se emborrachaba y seguía adelante. Ella nunca estuvo en casa”, dijo otro llamado Darrell Putnam. Y la violencia en cada uno de los matrimonios estuvo a la orden del día. “Ella simplemente no pudo soportar más el abuso”, confirmó Jeffrey Allred, quien se casó con nuestra protagonista el 3 de octubre de 1997.

Adam Baker, marido de Elisa Baker

Adam Baker, marido de Elisa Baker

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En agosto de 1998, Elisa se casó con su sexto marido, Aaron Young, de diez años. Y, mientras estaba con él, visitaba sitios de citas en Internet donde conocía a más hombres. El último fue Adam Baker, con quien se casó el 8 de julio de 2008 cuando aún no se había divorciado de Young.

Adam tenía una hija de ocho años llamada Zahra, a quien le habían diagnosticado cáncer de huesos en 2005 y posteriormente desarrolló cáncer de pulmón. Como resultado, a ella le amputaron la pierna y él tuvo que usar audífonos y, por lo tanto, quedó discapacitado. La madre biológica de Zahra la había abandonado y Adam se había hecho cargo de ella junto con los padres de su pequeña, con quienes vivía en Giru (Australia).

Adam y Elisa Baker en el día de su vida con Zahra

Adam y Elisa Baker en el día de su vida con Zahra

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Poco después de casarse, Elisa le sugirió a Adam que emigrara a Estados Unidos porque allí podría darle una vida mejor a Zahra. El joven aceptó y se mudaron. Sin embargo, durante los siguientes dos años, la vida de la pequeña fue un infierno. Elisa ejerció continuos maltratos físicos y psicológicos hacia la menor, al punto de dejarle señales y marcas por todo su cuerpo. En una ocasión, Zahra llegó a clase con un ojo morado.

Los vecinos de los Baker siempre denunciaron estos hechos, incluso los servicios sociales investigaron el caso, pero no pudieron encontrar pruebas concluyentes de estas irregularidades. Por tanto se cerraron las investigaciones. Poco después, la niña fue asesinada por su madrastra.

La nota y la confesión

El sábado 9 de octubre de 2010, los bomberos fueron a la casa de los Baker en Hickory, Carolina del Norte, a donde se habían mudado poco menos de un mes antes. Alguien había prendido fuego a una pila de abono en el patio trasero de su casa, provocando una espectacular humareda. Horas más tarde, Adam volvió a llamar a los servicios de emergencia, esta vez para denunciar una nota de rescate y una desaparición, la de su hija.

Durante la investigación, la unidad canina que inspeccionaba la zona alertó de la presencia de restos humanos en los vehículos de la familia, pero no hubo indicios que apuntaran a nadie en concreto. Con el paso de los días, las declaraciones de su padre y su madrastra pusieron en aprietos a esta última: algunas de sus imprecisiones e inconsistencias la delataron. Uno de ellos fue la última vez que vio a la niña. Finalmente, Elisa acabó confesando la autoría de aquella extraña nota de rescate: lo hizo para engañar.

Zahra Baker, asesinada por su madrastra Elisa Baker

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Las autoridades acusaron a la madrastra de obstrucción de la justicia, además de una docena de otros cargos que siguieron. Entre ellos, el fraude, el robo, las amenazas o conducir sin permiso, así como la bigamia. A partir de ahí, la policía cambió la etiología del caso de una investigación de desaparición a una investigación de homicidio.

El 24 de octubre, Elisa, quien hasta ese momento no había confesado el crimen, decidió llevar a los investigadores a los lugares donde había dispuesto de los restos de la pequeña. Esto casualmente coincidió con un informe pericial de registro telefónico que la ubicaba en dichas zonas de búsqueda.

Lugar donde encontraron la pierna amputada de Zahra Baker, asesinada por su madrastra

Lugar donde encontraron la pierna amputada de Zahra Baker, asesinada por su madrastra

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Tres días después, la policía encontró la prótesis de pierna de Zahra en Dudley Shoals Road y, en los primeros diez días de noviembre, localizaron restos humanos, incluidos huesos, en las orillas de Little River. Además, un leñador encontró una maleta con una manta manchada de sangre. Más tarde, el ADN confirmó que se trataba tanto de huesos como de sangre de Zahra.

Si bien los registros policiales realizados no confirmaron cómo había muerto la pequeña, se pudo corroborar que su cuerpo había sido desmembrado y escondido en un edredón de cama y una funda de auto, para luego arrojarse en distintos puntos. Entre ellos, un contenedor de basura, así como un río.

Lugar donde se encontraron los restos óseos de Zahra Baker

Lugar donde se encontraron los restos óseos de Zahra Baker

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“Una buena mamá”

Ante las pruebas recabadas, Elisa señaló directamente a su marido y padre de la niña como el verdadero autor del crimen. “Me da miedo… él sabe lo que le pasó a Zahra y sin embargo soy yo la que está aquí al menos por ahora”, escribió en una carta, en la que aseguraba que iba a pedir el divorcio. Según ella, la niña había muerto de forma natural el 24 de septiembre, dos semanas antes de que fuera denunciada como desaparecida, y Adam la había desmembrado.

Pero esa información era rotundamente falsa. El gerente de una mueblería afirmó que había visto a la madrastra en compañía del menor el 25 de septiembre. Por tanto, la mujer mentía.

Zahra Baker

Zahra Baker

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A esto se sumó la autopsia, que confirmó el carácter homicida de la muerte de Zahra. El médico forense certificó que la niña había muerto por “violencia homicida indeterminada”, ya que aún no se había encontrado la mayor parte de ambas piernas, el brazo derecho y el cráneo. Este último fue localizado en abril de 2012.

El lunes 21 de febrero de 2011, el jurado del condado de Catawba condenó a Elisa Baker por asesinato en segundo grado afirmando que tenía “un historial y un patrón de abuso físico, verbal y psicológico de la víctima”. También alegó que había “ocultado” a Zahra de sus familiares antes del asesinato para obstaculizar la investigación y “profanado su cuerpo para obstaculizar la detección, investigación y persecución del crimen”.

Elisa Baker, durante el juicio por el asesinato de Zahra Baker, su hijastra

Elisa Baker, durante el juicio por el asesinato de Zahra Baker, su hijastra

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La madrastra fue condenada a quince años de prisión, mientras que su exmarido y padre de la niña, Adam Baker, fue exonerado de cualquier cargo o responsabilidad al respecto. Siempre negó cualquier implicación en el asesinato de la pequeña.

En 2016, la reclusa apeló su condena por asesinato, argumentando que era “una buena madre”. Incluso llegó a confirmar que la presionaron para que firmara un acuerdo de culpabilidad, pero el tribunal rechazó su apelación y Elisa seguirá tras las rejas, al menos hasta 2026.

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