Suspenden el juicio por el asesinato de Diego Bello en Filipinas tras la primera declaración


Diego Bello, 32 años, coruñés. Le dispararon a sangre fría el 8 de enero de 2020. Se encontraba a miles de kilómetros de su casa, en Siargao, Filipinas., donde llevaba tres años instalado. La noche de su muerte, Bello regresaba de trabajar en el establecimiento de hostelería que regentaba. En su casa lo esperaba su novia, a quien nunca conoció porque fue acribillado a balazos en la puerta de entrada de la casa. Los tiradores fueron tres agentes de la Policía Nacional de Filipinas. quien justificó el ataque revelando que Bello era uno de los narcotraficantes más importantes de la zona y que él les disparó primero. Pero la escena del crimen indicaba lo contrario. La colocación de los casquillos en el suelo determinó que sus posiciones no encajaban con lo sucedido y que Diego nunca portó ningún arma. Su nombre tampoco figuraba en ningún registro de traficantes de la zona, por lo que su familia se dedicó a conseguir justicia.

Casi cuatro años después de lo que el propio fiscal del caso entiende que fue un asesinato, El juicio ha sido suspendido nada más empezar. La primera sesión se realizó el 11 de octubre, encabezada por una experta en balística que ni siquiera pudo completar su declaración. La familia del fallecido indicó que estos días se realizan elecciones vecinales en la zona, y que la actividad judicial se encuentra paralizada hasta el día 30. Además, La declaración del perito no se retomará hasta el 21 de noviembre. La idea del Tribunal Regional de Manila es celebrar dos sesiones cada mes para tratar de determinar la culpabilidad de los tres acusados ​​-el capitán Vicente Panuelos y los sargentos Ronel Azarcón Pazos y Nido Boy Esmeralda- que se sientan en el banquillo de los acusados ​​por presunto delito de asesinato. y otro de manipulación de pruebas.

Los tres permanecen en prisión desde febrero de 2023, cuando se entregaron en Manila tras meses huyendo de la justicia del país. Por ello, los esfuerzos de los abogados de la familia de la víctima se centran ahora en evitar que salgan en libertad bajo fianza. “Debemos presentar pruebas para demostrar o persuadir al tribunal de que el imputado no debe quedar en libertad bajo fianza”, explicó a Efe el abogado Dan Fajardo, miembro del equipo jurídico contratado por la familia de Diego Bello para incriminar a los tres policías. Según la ley filipina, todos los acusados ​​tienen derecho a libertad bajo fianza en espera de sentencia, excepto en delitos graves como el asesinato. Es la excepción a la que se aferra la familia mantenerlos tras las rejas hasta que se reanude el juicio tan esperado.

La autopsia realizada al cuerpo de Diego Bello, que será utilizada en la audiencia, No encontró rastros de droga en el cuerpo del coruñés.. Además, confirmó que la muerte fue provocada por varios disparos de arma de fuego, seis en particular, a quemarropa y de los que no tuvo opción de defenderse. Los imputados, sin embargo, insistirán en que un informante policial les aseguró que el gallego vendía droga y organizaron una adquisición simulada de cocaína. Según su versión, Bello estaba armado y les apuntó con su arma, pero Las cámaras de seguridad que grabaron al coruñés aquella noche lo descartan. El arma que apareció en el lugar, que se presume era propiedad de Bello, en realidad pertenecía a un ciudadano de Manila con el que no tenía ninguna relación. Además, hay testigos que revelaron que la víctima fue atacada sin previo aviso y que solo tuvo tiempo de contarles: “No señor, por favor” antes de que lo ejecutaran.

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