Ahora, Pedro Sánchez ha dejado atrás aquellos compromisos que asumió para sí mismo y que hizo públicos ante los españoles, y se ha reunido con Bildu y con Juntos para pedirles votar en su inversión.
La imagen es importante en política y esas fotos ahora son parte de la historia. Pero por ahora sólo las fotos. Porque tanto Sánchez como Bildu y Junts han optado por la secreto absoluto sobre el contenido de sus negociaciones.
Sólo compareció la portavoz de Junts, pero para limitarse a decir que todavía están lejos. Nadie desde Bildu dijo nada, salvo emitir una nota en la que dejaban clara su voluntad de seguir siendo un partido satélite del Gobierno. Y Patxi López, portavoz habitual del PSOE, no compareció ante los medios, cuando había citado a los periodistas tras todas las reuniones anteriores. Por ahora, Todo es opacidad y nada transparente en el camino de Sánchez hacia su investidura.