La «incógnita Jácome» y las autonómicas


Tras reunirse el pasado 4 de octubre con Alfonso Rueda en la delegación territorial de la Xunta en Orense, Gonzalo Pérez Jácome resumió el encuentro en sus redes sociales con el desparpajo simplista que le caracteriza: «Non é o misma petar na porta que ter a chave da porta!». Quería tener esa llave decisiva en el bolsillo, y muy probablemente ya había tomado la decisión de acudir con su partido a las elecciones autonómicas, como anunció este martes.

Casi de inmediato, la lectura de muchos analistas fue poner en jaque una eventual mayoría absoluta del PP en las próximas elecciones autonómicas, como si la presencia de Democracia Ourensana –o la marca bajo la cual compite– amenazara con dividir al electorado conservador. Las propias declaraciones de Jácome de estar dispuesto a negociar con una eventual alianza de socialistas y nacionalistas alimentaron el relato del fin del ciclo de la derecha en Galicia. Algunos datos, sin embargo, no apoyan esta tesis.

En las últimas elecciones municipales de mayo, Democracia Orensana obtuvo algo más de 18.000 votos. Los cálculos del concejal son que este volumen de votos le podría reportar dos minutos en el Parlamento de Galicia. En 2016, el BNG obtuvo un escaño con 10.000 votos, por lo que la proyección de Jácome no es descabellada, sobre todo si además de sumar en la ciudad obtiene apoyo en la provincia. Se trata de una operación que estaría en marcha, y para la que Jácome estaría explorando diferentes posibilidades. Tanto PP como PSOE saben que el alcalde se ha reunido frecuentemente con Pachi Vázquez en O Carballiño, y que podría surgir un acuerdo entre ambos para una candidatura provincial.

El propio Jácome reconoció a algunos de sus interlocutores durante la negociación de su investidura la posibilidad de incorporarse a una “plataforma” electoral para las elecciones regionales. Vázquez es la cara de ‘Espazo Común’, un partido que defiende los principios de la socialdemocracia y que se ha nutrido desde su nacimiento principalmente de exconcejales y exconcejales del PSdeG.

Esto nos lleva de nuevo a la pregunta inicial sobre de dónde viene el votante del DO – ideológicamente hablando. De 2019 a 2023, de un municipal a otro, Jácome subió unas 6.000 papeletas. Pero el PP no retrocedió, sino que además aumentó su apoyo en algo más de mil. La principal víctima fue el PSOE, que perdió 4.000 votos. El espacio más a la izquierda agrupado en torno a Podemos se dejó 2.800 votos. Así que, estrictamente hablando, Jácome no creció a expensas del votante conservador, aunque pudo ganarse el apoyo de Ciudadanos.

caladero socialista

Jácome es consciente de que su principal caladero es el PSdeG. Cuando el PP le preguntó recientemente si ya había decidido concurrir o no a las elecciones autonómicas, respondió que No deberían preocuparse, porque pesca principalmente entre los votantes socialistas. A nivel local este es sin duda el caso.

Sin embargo, La fuerza electoral de PP y PSOE es muy superior en las elecciones autonómicas y generales. Basta ver cómo este 23J obtuvo ambos cerca de 25.000 y 20.000 votos respectivamente, muy por encima de sus resultados en las elecciones locales. Democracia Ourensana no acudió y pudo compartir la totalidad del voto de Jácome.

No es, por supuesto, la primera vez que aparece en Orense una formación con marcado carácter provinciano. En los años ochenta existía Centristas de Orense, que desembocó en Centristas de Galicia, y en el que encontraron refugio buena parte de los alcaldes y políticos de la rota UCD. Dos fueron sus nombres más relevantes: Victorino Núñez y José Luis Baltar. La hija del primero preside la gestora del PP en la ciudad; El hijo del segundo sigue al frente del partido popular en la provincia tras una década presidiendo la Diputación Provincial, que recibió de su padre. Centristas era una formación moderadamente conservadora –acabó integrada en el PP en 1991–, ni siquiera especialmente provincialista o localista. La novedad ahora es la aparente transversalidad de la propuesta de Jácome, que no oculta que su ideario se limita a conseguir una “discriminación positiva” para Orense desde la Xunta. Cabe izquierda y derecha. Lo más ajeno a este posible fenómeno es el nacionalismo.

En cualquier caso, las hipótesis se construyen sobre la base de que Jácome efectivamente arrastrará al grueso de sus electores municipales a las elecciones autonómicas. En el pasado no era así. En 2015, Democracia Orensana obtuvo 5.500 votos en las elecciones locales, ganando tres concejales. En las siguientes elecciones gallegas de octubre de 2016, ese flujo se redujo a apenas mil papeletas. El escenario político ha cambiado sustancialmente en Orense desde entonces. Jácome cumple ya su segundo mandato, entronizado como el rey de las escaleras mecánicas y de las fiestas populares de la ciudad, cada una más grande que la anterior.

De momento, el PP se muestra cauto respecto a los movimientos políticos de Jácome. No intentó impedirle que se presentara a las elecciones autonómicas -como hizo Feijóo en 2020-, sino que simplemente tanteó el terreno. Sabe que Jácome puede darle ánimos a esa marca pero no ser parte de ella, dado que es incompatible por ley ser alcalde y diputado regional. La papeleta y el cartel podrán llevar su rostro, pero no su nombre. Los conservadores realizan encuestas que los hacen moderadamente optimistas, sobre todo después de la fuerza electoral del 23 de junio, pero los sondeos son previos al anuncio del alcalde de Orense. Habrá que esperar para ver el alcance real.

Consciente del paso dado, Jácome se sinceró en sus redes. «Hemos cruzado el Rubicón. La suerte está echada”.

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