Lgrimas en la Universidad de lvaro Prieto y desolacin en su equipo de ftbol: “Estn en estado de shock”


  • Sevilla Una cámara de televisión localiza el cuerpo de Álvaro Prieto en un tren que no circula desde agosto
  • investigación El joven Álvaro Prieto, desaparecido en Sevilla, envió un mensaje de WhatsApp a su madre antes de quedarse sin batería

En el aula A4 del edificio Averroes, en el campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba, un grupo de estudiantes de primer año de la Licenciatura en Ingeniería Mecánica se concentran frente a las pantallas de los ordenadores. El horario, que está colgado junto a la puerta de acceso, especifica que la materia que se imparte, entre el mediodía y las dos de la tarde, es Fundamentos de Informática. No hay muchos estudiantes, el grupo no es grande, pero hay un escritorio vacíouna ausencia que no pasa desapercibida.

A estas horas, el mediodía del lunes, debía estar frente a uno de esos ordenadores, junto a sus compañeros, Álvaro Prieto, el joven de 18 años desaparecido el pasado jueves y del que no ha habido noticias desde entonces, como si se lo hubiera tragado la tierra. Pero apenas han pasado unos minutos desde que han comenzado las clases cuando comienza a circular entre los alumnos la noticia que anhelan y temen, al mismo tiempo, desde hace días. En los dispositivos móviles se reproducen casi en bucle las imágenes captadas por una cámara de Televisión Española en la zona de la ciudad. Estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, en el que se puede ver un cuerpo atrapado entre dos vagones de un convoy que circula lentamente por las vías. Poco a poco se van viendo detalles: zapatillas blancas, pantalón beige y camiseta verde.

Irene, una de las estudiantes de la clase de Fundamentos de Computación, sale corriendo del aula detrás de un amigo. Ambos conocían a Álvaro. Ambos vieron el vídeo y, tras girarse hacia el escritorio donde debían estar hoy, pidieron permiso para levantarse y marcharse. llorar a algún rincón.

La noticia del hallazgo del cuerpo del niño comienza a difundirse, todavía lentamente, casi como una gota que impregna el ambiente, a través de los campus universitarioen el que los rostros de incredulidad y horror se mezclan con las lágrimas incontrolables incluso de aquellos que ni siquiera se habían cruzado con Álvaro.

Para saber mas

“Era un niño muy bueno, muy responsable”, dice Irene, visiblemente conmocionada, a la puerta de la clase de la que salió en busca de su amiga, para consolarla. Ella repite, como si estuviera tratando de convencerse de que no es así. una pesadilla, cómo encontraron el cuerpo de su compañero y aventura que se habría subido a ese tren en un intento desesperado por llegar a casa y quedó atrapado. “Le gustaba mucho el fútbol y la ingeniería, aunque no sabía qué iba a hacer cuando terminara”, añade la joven.

Álvaro tuvo tiempo para pensarlo, estudiar y compaginar libros de mecánica con pasión por el fútbol lo que le había llevado a fichar, hace tres años, por el Córdoba CF. Se veía orgulloso, radiante en las pocas fotos que había subido a su perfil de Instagram y no era para menos. En lo que va de temporada, ya había marcado tres goles en cuatro partidos y se había proclamado máximo goleador del equipo. No era el capitán, pero tenía empuje y liderazgo y en el vestuario era uno de los más populares.

En eso Estadio El Arcángel, donde su amor por el fútbol creció partido a partido, hay carteles con su cara en cada esquina y en el interior, en el fondo sur, una enorme pancarta con una petición, más que un lema: “lvaro, vuelve pronto”. Los equipos de dos televisoras esperan que les den la manera de salir en vivo y las convocatorias se multiplican. Todavía hay esperanza, pero no durará mucho, sólo unas horas.

A un par de kilómetros, en la ciudad deportiva que construyó -sin un solo papel-, el constructor cordobés Rafael Gómez, alias Sandokn, debió presentarse en la mañana del jueves Álvaro para entrenar con su equipo, el Córdoba de la categoría juvenil. R. En realidad, según fuentes de su entorno deportivo, no habría entrenado porque tenía una lesión en el bíceps femoral que le estaba “doliendo”. Pero tuvo que irse, como sus compañeros. Como siempre, puntual y responsable. Porque todos los que han hablado con este periódico coinciden en que era un chico responsable.

las primeras horas

Normalmente, el equipo entrenaba por la tarde, pero como era festivo, los jugadores habían sido convocados por la mañana. Esa misma tarde, unas horas más tarde, todo el vestuario ya sabía que algo le había pasado a su mejor goleador, que no había regresado de aquella noche de fiesta para conocer, de la mano de su mejor amigo, Álvaro, la noche sevillana. Y el primer impulsoSegún quienes lo vivieron de cerca, fue coger cinco coches y poner rumbo a Sevilla para buscar a su amigo, siguiendo los pasos de sus padres, que la misma mañana del día 12 ya se habían presentado en la estación de Santa Justa buscando en busca de rastros de su amigo. hijo. Fueron ellos quienes, tras el aviso de los investigadores de la Policía Nacional, abortaron el operativo.

“Están en estado de shock”, afirman fuentes cercanas al equipo. Ya lo eran antes de que se encontrara el cuerpo sin vida del niño y lo son mucho más ahora, sabiendo, ahora lo saben, que Álvaro nunca más volverá a vestir la camiseta. blanco y verde ni para bromear en aquel modesto vestuario de la ciudad deportiva donde tantas horas habían pasado juntos.

El club cordobés, que no sólo había suspendido los entrenamientos de su filial juvenil sino que también había aplazado el último partido, este fin de semana, ante el Calavera CF, se ha dedicado a la búsqueda de su jugador, el significa pichichi de esta temporada que prometía grandes momentos y que ya había sido decisivo para proclamar campeones en la última competición.

Tras confirmarse la muerte del niño, emitió un comunicado institucional sin más por deseo expreso de la familia, que, tras el primer momento de urgencia, ha intentado mantener un perfil bajo, pidiendo incluso a amigos y familiares que no hicieran declaraciones. Salvo contadas ocasiones, han guardado silencio y en una de ellas, el tío de Álvaro, José, no pudo contener las lágrimas al intentar definir a su sobrino. En declaraciones a este diario mostró su total confianza en investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Sevilla y agradeció que hubieran puesto todos los medios a su alcance para intentar encontrar al joven.

La consternación en Córdoba es palpable no sólo en los escenarios en los que se desarrolló principalmente la corta vida de Álvaro. En cada calle, en cada bar, en cada reunión, el nombre del joven se repetía este lunes con un denominador común en todas las conversaciones, el incredulidad por cómo ese joven de apariencia casi perfecta y sonrisa de anuncio, el hijo que todos quisieran tener, había terminado desapareciendo, primero, para luego morir en tan extrañas circunstancias. Una vida truncada por un tren perdido.

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